Deberíamos prepararnos para un crecimiento más lento y quizás hasta una estanflación a nivel global. De alguna forma, podría volver a ser como a finales de la década de 1970, o como Argentina hoy…
Por Jim Rickards, desde Darien, Connecticut
La “opción nuclear” de China no es lo que la mayoría de los analistas piensan que es…
La guerra comercial probablemente empeore antes de mejorar.
El hecho de que China pierda la guerra comercial con Estados Unidos siempre ha sido una conclusión inevitable y las razones son obvias: el comercio exterior significa para China un porcentaje mucho mayor de su Producto Interno Bruto (PIB) que en el caso de Estados Unidos. Por esto la guerra comercial siempre tendrá un impacto mayor en el gigante asiático que en el país norteamericano.
Además, China solo compra alrededor de USD 150.000 millones en productos de Estados Unidos cada año, mientras que este último compró cerca de USD 500.000 millones a China. Ésa es la fuente del déficit comercial de USD 350.000 millones. Esto significa que, si China intenta igualar a Estados Unidos en los aranceles dólar por dólar, se quedan sin espacio en USD 150.000 millones, mientras que Estados Unidos puede seguir subiendo a USD 500.000 millones e infligiendo mucho más daño a China.
De todos modos, otras formas de represalias chinas en su mayoría no han sido implementadas. Una de ellas ha sido la llamada “opción nuclear”.
Pero no estoy hablando de bombas. Al menos no en el sentido estricto del término.
La opción nuclear china implica que este país podría vender enormes cantidades de los bonos del Tesoro estadounidense que posee.
Pero la opción nuclear es un fracaso.
China no puede deshacerse de sus bonos del Tesoro sin dañar su propia posición por tenerlos como activos de reserva y arriesgarse a congelar las cuentas por parte de Estados Unidos.
El gigante asiático tampoco puede aumentar la presión apropiándose de propiedad intelectual porque ya lo están haciendo en la mayor medida posible.
Pero eso no significa que China no tenga flechas envenenadas en su carcaj: el país oriental puede usar armas no convencionales.
Probablemente hayas oído hablar de las “tierras raras”. Ciertos minerales de tierras raras se forman a partir de combinaciones de elementos que se encuentran en éstas. Ahora, a pesar de este nombre, en realidad no son tan raras. De hecho, algunas son bastante abundantes en la corteza terrestre, incluso más abundantes que el cobre, por ejemplo.
La designación “rara” proviene del hecho de que, si bien pueden ser abundantes en cantidad, los minerales quelas enriquecen se encuentran en concentraciones extremadamente bajas. Esto significa que se necesita una gran cantidad de mineral y costosos procesos de extracción para extraer incluso una pequeña cantidad de estas sustancias.
Si bien han tenido varios usos durante décadas, las tierras raras de hoy en día son críticas en la fabricación de celdas de combustible, baterías de hidruro de níquel-metal, pantallas de plasma, fibra óptica, láseres y otras aplicaciones de alta tecnología que son cada vez más demandadas por las empresas y consumidores a nivel global.
Los vehículos eléctricos, teléfonos móviles y sistemas de telecomunicaciones serían imposibles de construir sin ellos.
¿Y sabes quién es responsable del 90% de la producción mundial?
China.
Esto los convierte en un arma potente en la guerra comercial contra Estados Unidos. Según una serie de informes, China ahora amenaza con cortar las exportaciones de tierras raras a sus principales usuarios, como Japón y Corea del Sur, ambos aliados de Estados Unidos.
Es un golpe de carambola, como en el billar.
Por supuesto que con el tiempo las potencias occidentales podrán reemplazar las tierras raras compradas a China, pero mientras tanto podría haber una interrupción importante en su suministro. Este es un ejemplo más de las consecuencias no deseadas de una guerra comercial y de cómo no pueden limitarse simplemente a sumar tarifas de un lado o del otro.
La conclusión es que Estados Unidos ganará la guerra comercial. O China abrirá sus mercados y comprará más productos estadounidenses o la economía china se desacelerará significativamente. Pero hay razones para pensar que a los chinos no les importan las consecuencias de la guerra comercial, como creen muchos analistas occidentales.
El liderazgo chino se preocupa ante todo por su propio liderazgo y la perpetuación del Partido Comunista chino en lugar del crecimiento o el bienestar de su pueblo. Si el liderazgo chino puede desviar la atención del pueblo de las fallas de su propio gobierno y dirigirlo contra el “gran mal”, Estados Unidos, entonces logrará una victoria sustancial. Los medios estatales chinos ya están preparando una oleada de sentimiento antiestadounidense.
De esta forma, si los chinos consideran que la guerra comercial es solo un paso en una guerra fría prolongada que involucra comercio, electrónica, activos militares y hegemonía regional, entonces estamos en un largo período de contracción del crecimiento. El problema es que no se limitará a China, sino que afectará a todo el mundo.
Creo que debemos prepararnos para un crecimiento más lento y la posibilidad de una estanflación.
Saludos,
Jim Rickards
Jim Rickards es editor de Inteligencia Estratégica para Agora Publicaciones. Es un abogado, economista y banquero de inversión. Ha brindado su vasto conocimiento de los mercados a la comunidad de inteligencia estadounidense y al pentágono.
PD: Más allá del análisis en torno a las “tierras raras”, un nuevo tipo de energía está tomando protagonismo. Se trata de un recurso tan revolucionario que pienso que va a disparar el precio de ciertos metales específicos que lo componen. Si sabes dónde invertir podrías ver enormes ganancias. Haz clic aquí para ver mi investigación sobre esto.