Puede que los robots nos quiten nuestros trabajos en el futuro. La buena noticia, es que en el proceso creará otro aún mejor…
Por Nicolás Arieu
¿Será que Elon Musk está equivocado?
¿Puede ser que Robin Chase, el fundador de Zipcar, realmente haya leído mal la situación?
¿No son estos dos hombres más inteligentes que yo?
Pues, sí, lo son.
Se trata de hombres que han estado ocupados construyendo cohetes espaciales, máquinas de teletransportación y revolucionando industrias enteras. Sin embargo, estoy totalmente seguro de que están equivocados con respecto a los robots.
Y la historia me da la razón en esta cuestión.
El sentido común me da la razón.
Algunos contraargumentos básicos me dan la razón.
Éste es el detalle: si la inteligencia artificial (AI) y la automatización realmente acaban con todos los trabajos y transforman las industrias, ¿no seremos todos pobres, por lo que necesitaremos de un ingreso básico universal para sobrevivir?
Elon Musk, Robin Chase y muchos otros multimillonarios dicen “sí”. Ahora bien, ¿estoy realmente en contra de un ingreso básico universal? No lo sé. En elmundo de Star Trek funcionaba bastante bien. En el de Star Wars, no tanto. Entonces, ¿quién soy yo para decidir?
Sería bueno que todos tuviéramos dinero gratis, pero así no es cómo funciona elmundo (hasta ahora, al menos).
Para empezar, veamos la realidad actual. Muchas industrias ciertamente están cambiando debido a la automatización y la inteligencia artificial:
Los cajeros de las tiendas minoristas están siendo reemplazados por estaciones de autoservicio.
Los trabajadores de los almacenes –como, por ejemplo, los de Amazon– están perdiendo sus trabajos a favor de robots que se desplazan por el almacén, recogiendo productos y embalándolos para ser enviados.
Los conductores de camiones, de taxis, los fabricantes de autos, etcétera. Todas estas personas están siendo reemplazadas por máquinas inteligentes.
Y, sí, muchos trabajos de ingresos altos también están desapareciendo debido a la automatización y la inteligencia artificial: cirujanos, ciertos abogados, contadores y otros.
¿Se quedarán sin hogar todas estas personas? Supongamos que sí. Millones de personas se quedarán sin trabajo. Partiendo de este punto, propongo una pregunta muy sencilla: si eso sucede, ¿quién comprará lo que producen los robots? Nadie. Incluso los ricos dejarán de enriquecerse. Los doctores y abogados quedarán sin empleo.
La automatización no solo afecta a los cajeros de Wal-Mart. La próxima oleada de inteligencia artificial afectará directamente a doctores, abogados y muchos otros empleados bien remunerados. Vete preparando. En este momento, hay MUCHÍSIMA demanda por una serie de bienes y servicios que la sociedad nunca ha podido satisfacer.
Un ejemplo básico y reciente son los cajeros automáticos.
Solía haber una demanda tremenda por máquinas fáciles de usar que te permitieran tener efectivo sin necesidad de hacer fila en un banco. Los cajeros bancarios estaban aterrorizados.
¿Había llegado su fin? ¿Los cajeros finalmente eran cosa del pasado?
Esto fue lo que realmente sucedió:
Al final del día, la demanda por servicios bancarios iba MUCHO más allá que solo sacar unos cuantos billetes de unas máquinas.
Los costos de proporcionar servicios bancarios cayeron rápidamente, permitiéndole a los bancos abrir más sucursales y brindar más servicios a sus clientes.
Más servicios se tradujeron en más comodidades para los consumidores.
Los costos más bajos de los servicios permitieron que los bancos abrieran diez veces más sucursales de las que solían tener.
Hoy en día, es probable que la cantidad de cajeros y otros empleados bancarios sea un 1.000% mayor (o más) a lo que había en los días previos a los cajeros automáticos.
Pero esto es solo un ejemplo. Ahondemos ahora en lo teórico:
El aumento en la automatización y la inteligencia artificial generará más oferta de ciertos bienes y servicios de alta demanda. Esto, a su vez, se traducirá en mayores mejoras para los consumidores a precios más bajos.
A los consumidores les gusta que las cosas sean más baratas. Precios más bajos implican más dinero para sus bolsillos. Y en cuanto a las empresas, vender sus existencias cada vez mayores a precios más reducidos les permitirá generar más ganancias. Todos esos beneficios le permitirán a las empresas crecer, generando más productos y servicios y, cómo no, contratando más individuos.
Ahora bien, digamos que estoy equivocado. Supongamos que la automatización termina creando enormes tasas de desempleo y pobreza. Si eso sucede, no habría demanda para todo ese incremento en los bienes y servicios. Entonces, no habría necesidad alguna de automatizar la producción, por lo que las empresas dejarían de invertir en ello.
Un poco de evidencia positiva: Estados Unidos ha tenido 86 meses consecutivos de crecimiento en el empleo del sector privado. Esto se ha dado de forma paralela a la entrada de la automatización y la inteligencia artificial en todas las industrias de la economía. No es casualidad, entonces, que la automatización vaya de la mano con la expansión del sector laboral. Más ganancias se traducen en más gastos de capital, lo que a su vez lleva a más crecimiento en el empleo.
Cierto es que al final del día podrían haber menos cajeros en todo el mundo. Sin embargo, tal vez esos cajeros estén interesados en explorar diferentes áreas de trabajo. ¿Quién sabe? La destrucción creativa ha existido desde el nacimiento del capitalismo…
Otro ejemplo…
Tenía un amigo que era programador. Y a fines de los años 90 se especializó en creación de sitios web. Pero de a poco ese conocimiento fue haciéndose menos importante. Hoy en día WordPress le permite a cualquier persona crear sitios web enteros con solo unos clicks, sin necesidad de programar nada. En los 90 eso tomaba un mes de trabajo.
¿Qué significó todo esto para mi amigo? ¿Se quedó sin trabajo?
No. Pero su trabajo cambió.
En lugar de crear sitios web para otros, se especializó en sitios web que no podían armarse de forma automatizada sino que requirieran de otras especificaciones que iban naciendo a medida que las mismas empresas digitales se iban haciendo más profundas en sus especialidades.
La destrucción creativa no sólo es parte del capitalismo, sino que es parte de la vida. Mira lo que pasó con los fabricantes de carruajes y de lámparas de aceite. Cuando la tecnología volvió sus empleos obsoletos –debido al automóvil y la bombilla eléctrica, respectivamente– todo ocurrió de forma rápida y con consecuencias permanentes.
El mensaje es uno: a medida que la tecnología siga cambiando nuestras vidas y trabajos con el paso de los años, llegarán muchos empleos novedosos e interesantes a los mercados.
Si las cosas empeoran, la ley de oferta y demanda garantizará que el valor de todo esto caiga hasta cero. La automatización se detendría en seco. Pero si las cosas cambian para bien, se crearán nuevas riquezas a lo largo y ancho de los estratos sociales. Y desde allí, nacerán nuevos puestos de trabajo. Todo será menos costoso, por lo que los consumidores serán más felices. Y la vida se enriquecerá con más y más oportunidades.
La inteligencia artificial y la automatización no destruirán el mercado laboral como mucha gente espera. Al contrario, creará muchas oportunidades nuevas.
Y no sólo estoy hablando de empleo, sino también de las inversiones.
Por ejemplo, todos los descubrimientos que se están llevando a cabo en torno al desarrollo del grafeno.
Por si no has escuchado hablar de él, se trata del material más duro conocido por el hombre, pero que al mismo tiempo es el más flexible.
Eso está permitiendo el desarrollo, por ejemplo, de pantallas flexibles como ésta:
Esto creará fortunas para los inversores que se posicionen pronto.
Si te interesa saber más sobre este material y sus aplicaciones, te invito a hacer click aquí.
Que tu dinero trabaje por ti.
Nicolás Arieu,
Nicolás M. Arieu es editor para Especulación Inteligente y Micromovimientos Millonarios para Estrategias Alpha en Agora Publicaciones.