La Reserva Federal descubrirá por las malas que subir las tasas de interés y reducir los balances solo ralentizará la economía.
Tal y como se esperaba, la semana pasada la Reserva Federal (Fed) aumentó las tasas de interés, un incremento que viene como parte del actual ciclo de endurecimiento monetario que ha estado tomando lugar de varias formas durante los últimos cinco años.
Primero llegaron las advertencias de Bernanke sobre este proceso de endurecimiento en mayo de 2013.
Luego, en diciembre de 2013, comenzó el propio proceso, que se extendió hasta noviembre de 2014. Después, en marzo de 2015, se eliminaron las proyecciones futuras, para luego instaurar un aumento en las tasas en diciembre de ese año. De aquí salieron cinco incrementos más (por ahora) hasta el 2018, así como el inicio del endurecimiento cuantitativo en octubre del año pasado.
De todos los bancos centrales importantes, la Fed es quien está llevando la serie más agresiva de incrementos en las tasas, lo que pone a la política estadounidense del precio del dinero a niveles más altos que los de Reino Unido, Japón y la Eurozona.
La pregunta qué se están haciendo los inversores es si la Fed está incrementando las tasas de forma demasiado agresiva en relación a la fuerza de la economía estadounidense. Tasas más altas se traducen en un dólar más fuerte, “deflación importada” y vientos en contra para el crecimiento económico.
Si la economía estadounidense está firme, entonces los incrementos en las tasas podrían ser apropiados, incluso necesarios, para controlar la inflación.
Pero si la economía estadounidense resulta estar en un estado vulnerable, las acciones de la Fed podrían desencadenar una recesión o un sell-off en la Bolsa, a no ser que el daño se revierta rápidamente.
Como he dicho antes, creo que ese último escenario es el más probable.
La Fed está apretando tanto que podría estar conduciendo a una debilidad en la economía, y por lo tanto cambiará el rumbo de las cosas más adelante este 2018.
Cuando eso ocurra, las tendencias importantes en las acciones, bonos, divisas y oro experimentarán un revés.
En sus declaraciones para el público, el banco central de Estados Unidos se mantiene optimista sobre los pronósticos de la normalización económica.
Tanto Janet Yellen como el nuevo Presidente de la Fed, Jay Powell, han dicho que los aumentos en las tasas serán graduales y fijos.
En términos prácticos, esto se traduce en cuatro aumentos al año en las tasas de interés, cada uno de 0,25% y tomando lugar todos los marzos, junios, septiembres y diciembres. También habrá pausas ocasionales causadas por señales fuertes de desinflación, mercados caóticos y ralentización en la creación de empleos.
Últimamente la creación de empleos ha sido fuerte. La inflación ha tomado impulso, también. Sin embargo, ha habido baches. La Fed sigue enfrentándose a obstáculos en el camino hacia su target de inflación.
El banco central apunta a una tasa de inflación anual del 2% medida con las métricas de un índice llamado “PCE subyacente anual”. Éste se reporta mensualmente (con un retraso de un año) por el Departamento de Comercio de los Estados Unidos.
Ese índice de inflación no ha cooperado con los deseos de la Fed, y a pesar de su aceleración reciente, no ha podido mantenerse por encima del 2% de forma consistente.
Esto ha sido una tendencia persistente que debería preocupar profundamente a la Fed, considerando que el banco central ahora está considerando cuál será su próxima jugada en la reunión del FOMC en septiembre.
He advertido varias veces que la Fed está endureciendo demasiado y causando debilidad. La Fed de Atlanta había proyectado una tasa de crecimiento de más o menos un 4,5% para el segundo trimestre. Sin embargo, la institución es famosa por sus proyecciones súper-optimistas que casi siempre terminan retrayéndose una vez que llegan las estadísticas.
La economía ha estado atrapada en este ciclo de crecimiento lento por años ya. La actual recuperación económica no ostenta esa expansión de 3% o 4% que las recuperaciones anteriores sí mostraron.
Mientras tanto, la Fed está llevando adelante sus políticas de endurecimiento cuantitativo (QT) o recortando sus balances.
La normalización de los balances es más automática que los aumentos en los intereses. Ahora la Fed no se deshará de sus tenencias de securities. En vez de eso, se abstendrá de refinanciar los securities con fechas de vencimiento próximas a llegar. Cuando el Tesoro le paga a la Fed una vez llegada la fecha de vencimiento de una de sus notas, el dinero simplemente desaparece.
Este es el opuesto a la impresión de dinero, y se conoce como “endurecimiento cuantitativo” o “QT” –el contrario directo de la QE. Es exactamente como si la Fed estuviera quemando dinero.
La Fed ha sido transparente sobre el ritmo al que quiere ir recortando sus balances, aunque la transparencia no debería llevar a los inversores a adquirir una postura conformista.
La Fed quiere que pienses que el proceso de QT no tendrá ningún efecto. Los dirigentes del banco central hablan en código, y tiene una palabra para esto: “segundo plano”. La Fed quiere llevar adelante este proceso en segundo plano.
Y esto no tiene sentido alguno.
Las contradicciones que emanan de la charlatanería optimista de la Fed están hechas para hacernos pensar que el endurecimiento cuantitativo no es una política contradictoria –pero la realidad es que sí lo es.
Se han pasado ocho años diciendo que la flexibilización cuantitativa es un buen estímulo para la economía. Ahora quieren que el público piense que un cambio hacia un enfoque de endurecimiento no va a ralentizar la economía.
Siguen afirmándole al público que las condiciones actuales son estables cuando hay impresión de capital, pero que cuando el dinero desaparezca, esto no tendrá ningún impacto. Este enfoque se cae sobre sus cimientos –y tendrá un impacto importante sobre la economía.
Mis estimaciones son que cada US$ 500.000 millones de endurecimiento cuantitativo podría ser el equivalente a un aumento del 0,25% en las tasas de interés. Algunas proyecciones son incluso más altas, de un 2% por año. Eso no es nada más ruido “de fondo” –es música rock de las más estridente, ensordeciéndote.
Para una economía adicta al dinero fácil, esto será un duro balde de agua fría.
La decisión de la Fed de no comprar nuevos bonos será tan dañina para el crecimiento económico como las crecientes tasas de interés.
Mientras tanto, las ventas de retail, los ingresos reales, las ventas de autos e incluso la participación laboral muestran señales de debilidad. Todos los indicadores económicos importantes señalan que la economía estadounidense no puede generar tanto crecimiento como la Fed quisiera.
Cuando sumas a esto el endurecimiento cuantitativo, podría fácilmente inducir hacia una nueva recesión.
Luego la Fed tendrá que recortar los intereses una vez más. Ahí volvemos al QE. Podrías llamar eso QE4 o “QE1 parte 2”. De todas maneras, los años de intervenciones colosales en esencia han atrapado a la Reserva Federal en un estado de manipulación perpetua –y de aquí la situación se acentuará aún más.
¿Y qué pasa con la Bolsa?
A pesar de la corrección de febrero, la Bolsa sigue sobrevalorada debido a una combinación de intereses más altos y crecimiento más lento.
Lo más importante que tienes que saber sobre las burbujas es que duran más de lo que uno espera, y revientan cuando menos lo imaginas. Ante tales condiciones, generalmente la burbuja no revienta hasta que la última persona no tira la toalla. La corrección de febrero sacó algo de aire de esta burbuja, pero la misma dinámica sigue aplicando. Esto nada más dio un poco más de tiempo.
Pero hablando en serio, ¿esta burbuja realmente podría reventar?
Por supuesto que sí, y puede que el QT sea la gota que rebalse el vaso y lo haga. Diría que el mercado está condicionado fundamentalmente para una caída importante. Tomando en cuenta que la Fed sigue sin tener idea de lo que está haciendo y que ahora el banco central ha tomado un rumbo peligroso, anticipo una corrección bursátil severa llegando más temprano que tarde.
La Fed se dará cuenta por las malas que incrementar los intereses y reducir los balances ralentizará la economía. Creo que al final del día esto llevará a otro cambio en la postura del banco central, volviendo así a la flexibilidad.
Espera un aumento en la volatilidad –y más correcciones– una vez que el mercado se percate de que la Fed ha decidido cambiar de políticas de endurecimiento a relajación.
Saludos,
Jim Rickards
Jim Rickards es editor de Inteligencia Estratégica para Agora Publicaciones
P.D.: No hay duda de que el sistema financiero está listo para caer. Muchos no están preparados para lo que viene después.
Te aconsejo encarecidamente que te prepares ahora –antes de que sea demasiado tarde.
Ahora bien, al principio tenía mis dudas sobre si debería compartirte esto. El mensaje que estás a punto de ver sobre una medida del Presidente Donald Trump podría ser perturbador para algunas personas.
Pero créeme –por tu bien tienes que saber la realidad.
Haz click en el botón de abajo para ver la historia completa.