“La inflación a menudo es generada por los gobiernos en su propio provecho” – Friedrich von Hayek, Nobel en Economía en 1974
El auge de la inflación no se detiene.
Es más: se acelera.
La semana pasada, el Instituto Nacional de Estadística publicó que la inflación en España alcanzó el 5,6% en noviembre, su nivel más alto desde 1992.
Y tendríamos que remontarnos hasta la década de los 70 para ver un incremento tan drástico de la inflación en tan poco tiempo. En apenas un año, la inflación pasó del -0,5% al actual 5,6%.
Fuente: TradingEconomics
¿Qué está provocando este auge sin precedentes de la inflación en los últimos meses?
Es cierto que el encarecimiento de la energía por los problemas en la cadena de suministros ha repercutido al alza en el IPC (Índice de Precios al Consumo), pero eso no explica la fuerte subida de la inflación por completo.
Si te fijas en la inflación subyacente, la que excluye la evolución de los precios de la energía y de la alimentación, también ha incrementado notablemente en los últimos meses.
Fuente: TradingEconomics
La inflación no se debe solo a aspectos temporales relacionados con la crisis de suministros, como nos quieren hacer ver las autoridades.
La expansión monetaria en la Zona Euro por 4 billones de euros (equivalente a 4 veces el PIB de España) ha provocado un efecto de dilución en el valor del euro. Esto ha presionado al alza los precios no solo de los bienes y servicios que consumimos, sino también otros elementos – las propiedades inmobiliarias, por ejemplo.
Según reportó el diario Expansión la semana pasada, el auge de la inflación ha provocado una pérdida de 52.000 millones de euros en el poder adquisitivo de los ahorros de los hogares españoles.
Pero, ¿a dónde ha ido a parar toda esta riqueza? ¿Quién sale ganando con este incremento de la inflación?
La respuesta es el Estado, a través de dos formas.
La primera: al encarecerse los precios de lo que compramos, aumenta asimismo la recaudación fiscal proporcionalmente, transfiriéndose riqueza de los ciudadanos al Estado.
La segunda: la inflación beneficia sobre todo a los agentes económicos endeudados, ya que el valor real de las deudas, al igual que sucede con el valor real de los ahorros, disminuye.
Y no hay ningún agente económico tan endeudado como el Estado, que acumula una deuda pública de casi 1,5 billones de euros, un 25% más que hace apenas dos años.
La inflación supone una transferencia de riqueza silenciosa desde los ciudadanos hacia el Estado. Pero no todo son malas noticias: existen inversiones que te permitirán escapar de esta trampa mortal que las élites le han tendido a los ahorradores de todo el continente.
Una cartera a prueba de inflación
Históricamente, dos clases de activos han servido para protegerse frente a la inflación: el oro y los bienes inmuebles.
Desde hace más de 5.000 años, los humanos han utilizado el oro como medio de intercambio y reserva de valor. La elección del oro no fue casual: reúne ciertas condiciones que lo hacen especialmente valioso para cumplir estas funciones.
El oro es maleable, escaso y no degradable con el paso del tiempo. Maleable porque se puede dividir y transformar en monedas para facilitar su intercambio; escaso porque su existencia es limitada y además extraerlo del subsuelo requiere enormes recursos; y no degradable porque en condiciones normales, el oro mantiene sus propiedades durante miles de años.
En entornos inflacionarios como el actual, en los que el dinero fiduciario pierde su valor, el oro resulta más atractivo gracias a sus propiedades que lo convierten en un activo especialmente apto para conservar su valor.
Existen dos maneras de invertir en oro. La tradicional es comprar oro físico y almacenarlo. Sin embargo, esta forma de inversión presenta dos grandes problemas: por un lado están los altos costes de intermediación al comprar y vender este oro, con comisiones que a menudo exceden el 10%.
Por otro lado, la compra de oro físico presenta el problema de almacenarlo con seguridad.
Además de la posible pérdida del oro, debemos tener en cuenta los costes de almacenamiento del oro físico.
Ante estos inconvenientes, la alternativa más utilizada por los inversores para ganar exposición al oro de manera sencilla y económica es a través de los ETFs relacionados al oro. Recuerda: ETF son siglas en inglés de “fondo cotizado”, y son fondos de inversión en los que puedes invertir comprando acciones, como lo harías con cualquier empresa.
Al invertir en uno de estos ETFs de oro, un inversor adquiere una participación en el metal que una entidad financiera tiene almacenado en una cámara acorazada. Así, la variación en el valor del oro repercute en la cotización de estos ETFs.
Para invertir en oro mediante estos instrumentos financieros, los inversores españoles pueden invertir en el ETF WisdomTree Physical Gold, que cotiza en la Bolsa de Ámsterdam con el ticker PHAU. Este fondo permite ganar exposición al oro con una comisión anual de apenas el 0,39% del costo del papel.
El otro activo tradicionalmente utilizado para blindarse ante la inflación, son los bienes inmuebles. Sin embargo, estos no han alcanzado la popularidad del oro porque no sirven como medio de pago (difícilmente podremos pagar con una casa o un terreno en una transacción ordinaria), su inversión exige un elevado desembolso y por su no movilidad.
Asimismo, la inversión en bienes inmuebles implica una muy baja liquidez, con el pago de abundantes comisiones e impuestos en este tipo de transacciones. Todo esto sin mencionar que, al concentrar una parte importante de nuestro patrimonio en una inversión inmobiliaria determinada, incurrimos en un riesgo elevado. Una pérdida de esta inversión por una catástrofe resultaría muy negativo para nuestra situación financiera.
Por fortuna, hoy existen activos que te permiten adquirir exposición a los bienes raíces, sin necesidad de comprar uno.
Te presento los Fondos Inmobiliarios, o REITs por sus siglas en inglés (Real Estate Investment Trust). Estos fondos inmobiliarios consisten en carteras de inversión en inmuebles cuyas participaciones cotizan en el mercado bursátil. De esta manera, incluso un pequeño inversor puede invertir en grandes proyectos inmobiliarios de alcance mundial, sin tener que desembolsar una parte significativa de su patrimonio.
Un fondo de estas características al alcance del pequeño ahorrador español es el iShares European Property Yield UCITS ETF, que cotiza en la Bolsa de Frankfurt con el ticker IPRE.
Fuente: Yahoo Finanzas
Este fondo captura el desempeño del conjunto del mercado inmobiliario europeo con unas comisiones anuales del 0,4% en el precio, e incorporando una gran diversificación que nos ofrece mayor seguridad como inversores.
Un tercer instrumento que nos permite blindarnos ante la inflación son las criptomonedas, o más concretamente Bitcoin.
A Bitcoin se le conoce también como el “oro digital”, porque es un activo escaso gracias a su algoritmo que impide la creación de más de 21 millones de unidades monetarias. Pero, al contrario que el oro, su almacenamiento y transmisibilidad son seguras y económicas.
Por estas ventajas, son muchos los inversores que apuestan por el Bitcoin como el mejor activo para proteger nuestros ahorros frente al proceso de devaluación del dinero fiduciario. De hecho, Bitcoin fue el activo financiero que más se revalorizó en la última década, pasando de 100 dólares a finales de 2011 a cerca de 49.000 mientras escribo esto.
Fuente: CoinDesk
Sin embargo, Bitcoin presenta un problema: su alta volatilidad.
Las fuertes subidas en el precio del Bitcoin a menudo vienen seguidas de caídas de hasta el 50% en su cotización. Si bien en el largo plazo la tendencia es claramente al alza como puedes ver en el gráfico anterior, en el corto plazo esta alta volatilidad hace que no sea ideal como medio de pago o reserva de valor.
Este fin de semana vimos un ejemplo: del viernes al lunes, Bitcoin cayó más de 17%. Perdió casi un quinto de su valor, casi de inmediato.
A largo plazo, el “oro digital” es una opción atractiva. Pero si planeas distribuir una parte de tus ahorros a Bitcoin, no olvides el alto grado de volatilidad. Destina una porción limitada de tu capital a la primera cripto, y nunca inviertas dinero que no puedes darte el lujo de perder.
Como puedes ver no existe la opción perfecta. Tendrás que complementarlas según tu perfil de inversor.
Lo que sí está claro, es que cualquiera de estas tres opciones (o una combinación) es mejor que ver cómo el valor de tu dinero se esfuma día tras día en tu cuenta corriente. La inflación llegó para quedarse. No te quedes de brazos cruzados.
Saludos cordiales,
Editor de El Inversor Diario España
Economista español que forma parte del equipo de Inversor Global desde hace 8 años. Entre 2013 y 2017, estuvo al frente del lanzamiento de Inversor Global en España. Bajo su dirección, Inversor Global superó los 100.000 suscriptores en España y se asentó como un referente de las finanzas en el país. En la actualidad, Alberto es el editor de El Inversor Diario España, donde publica su columna semanal.