Los desajustes financieros provocados por la increíble emisión de dinero de los bancos centrales está llevando al sistema a su colapso. Mientras las instituciones intentan encontrar una solución, bitcoin se fortalece .
El dólar estaba destinado a ser la moneda de reserva mundial. Un vehículo sólido y confiable para comercio internacional.
¡Pero hoy pareciera estar creciendo de los árboles!
¿Cuánto más crees que puede durar esta situación?
No creo que demasiado.
Y toda la crisis causada por la COVID-19 aceleró un proceso de decadencia que ya venía corriendo.
Déjame explicarte por qué el dólar tiene los días contados.
Llegó el momento de ajustar las cuentas
Estados Unidos tiene una gran ventaja al ser los “dueños” de la moneda que sirve como reserva mundial.
Pueden crear dinero a voluntad para comprar bienes, invertir en activos y hasta financiar guerras… y otros países están felices de darles bienes a cambio de dólares.
Este es el lugar privilegiado en el que ha estado USA durante las últimas cinco décadas. Y todo porque el dólar estadounidense es la moneda de reserva del mundo.
Este proceso se puso en marcha poco después de la Segunda Guerra Mundial y se consolidó en 1971, cuando el presidente Nixon permitió que Estados Unidos saliera oficialmente del estándar del oro.
Pero también hay una desventaja al ser un activo de reserva: infla artificialmente su valor frente a otras monedas.
Al tener un dólar fuerte, la base de fabricación de los Estados Unidos ha sido y continúa siendo, bastante competitiva en el ámbito internacional.
No obstante, y aunque puede resultar extraño, Estados Unidos importa mucho más de lo que exporta, lo que hace que tenga un déficit comercial persistente.
Fuente: Statista.com
Normalmente, cuando esto sucede con una moneda, su valor debería debilitarse con el tiempo y eso permitiría que se corrigiera el desequilibrio comercial.
Pero, recuerda que el dólar estadounidense no es una moneda ordinaria. Es un activo de reserva que tienen los bancos centrales de todo el mundo como parte de sus propios activos.
China y Japón, dos grandes exportadores, son los dos principales tenedores de deudas extranjera del país.
Fuente: The Balance
Piensa por un momento en lo extraña que es esta situación…
Los clientes estadounidenses compran bienes chinos porque son más baratos… pero también le piden dinero prestado a China para poder pagarlo.
Este proceso cíclico ha dado lugar a un enorme aumento de la deuda del gobierno de Estados Unidos desde los años noventa y generó un enorme déficit presupuestario que nadie pareciera estar dispuesto a abordar.
Fuente: The Balance
Aquí está la cuestión:
Tener déficit comercial y presupuestario de forma continua no es sostenible. Y, más temprano que tarde, llega el momento de ajustar cuentas.
Todos necesitan dólares
Para corregir estos desequilibrios, aumentar la exportación y estabilizar su balanza comercial, a Estados Unidos le sirve una moneda más débil.
De esa forma, podría aumentar la oferta de empleo y crear mayores ingresos fiscales para ayudar a corregir también el déficit presupuestario.
Pero esto no es sencillo de hacer con una moneda como el dólar, debido a la demanda global que tiene como reserva de valor y moneda de comercio internacional.
Hay un mercado monetario del dólar que corre en paralelo a las políticas monetarias de los Estados Unidos.
Hay muchas empresas y países extranjeros que prefieren pedir prestado y prestar en dólares estadounidenses, incluso si no hay contraparte estadounidense involucrada.
Y esto puso a la Reserva Federal estadounidense en un aprieto durante 2020.
Déjame explicarte algo.
Si no imprimieran más dólares, muchos extranjeros terminarían vendiendo activos estadounidenses (bonos del tesoro, acciones, propiedades y cualquier otro activo que tengan) para poder conseguir dólares y poder pagar sus deudas.
Y eso provocaría una caída en los mercados financieros, ya que todos se apresurarían a vender.
Nadie quiere eso.
Para detener esta situación, la Reserva Federal de Estados Unidos creó líneas de intercambio (formas de proporcionar dólares a cambio de otros activos como garantía) con otros bancos centrales para tratar de canalizar dólares fuera del país y aliviar la demanda.
Es decir, imprimió dólares a un ritmo aterrador y se han comprometido a imprimir tanto como sea necesario.
Como lo expresó el miembro de la Reserva Federal, Neel Kashkari, el año pasado:
“Hay una cantidad infinita de efectivo en la Reserva Federal”.
¡Nunca un “activo de reserva” ha sido tan abundante!
Lo insostenible un día colapsa
La Reserva Federal continúa controlando los incendios que provocó la pandemia.
Estados Unidos está en un “tira y afloje” consigo mismo y, en algún momento, alguien va a tener que ceder.
Fuente: Markets Insider
Cómo sabes, mi dinero está en bitcoin, porque la considero como una de las monedas más fuertes disponibles.
Sé que muchos dirían que es una posición absurda…
Déjame decirte algo, vivimos en una era digital y bitcoin está diseñado para este mundo digitalizado.
Y no es que existe por fuera de estos problemas financieros. Todo lo contrario: sus fundamentos se hacen más fuertes por ellos.
Puedes obtenerlo instantáneamente, es demostrablemente escaso, no está controlado por ninguna institución ni gobierno, es descentralizado y no necesita bóvedas ni custodios.
Creo que 2020 fue un punto de inflexión en el dinero y en la relación que las personas tienen con él como instrumento de reserva de valor.
Y creo que recién estamos comenzando a ver lo que será la tendencia financiera de los años venideros.
Todo apunta al crecimiento de la fortaleza de bitcoin. Y creo que deberías prestarle atención si no lo estás haciendo.
Buenas inversiones.
Originario de Escocia y radicado en Australia, Ryan Dinse es un economista y trader de clase mundial especializado en criptomonedas. Antes de dedicarse a las tecnologías financieras emergentes, trabajó en la banca de inversión, donde manejó USD 500 millones en activos de sus clientes. Sin embargo, abandonó su puesto para dedicarse a su verdadera pasión: las oportunidades de alto potencial. En 2013, compró sus primeros bitcoins, años antes del boom de las criptos. Hizo fortunas con la explosión bitcoin en 2017 y hoy se dedica a compartir su conocimiento con inversores de todo el mundo. Es editor de Extreme Crypto Trader en Inversor Global.