¿Te has preguntado dónde se encuentra tu dinero? Déjame decirte que ciertamente no estará en la bóveda de la sucursal de tu banco. Las cripto son el futuro financiero y su forma de operar no es muy diferente de la tradicional.
Querido lector,
Durante toda esta semana una idea vino a mi mente. Un pensamiento recurrente sobre las criptomonedas y más específicamente sobre bitcoin que hoy quiero compartir contigo.
Intentaba pensar una forma concisa que resumiera lo que está sucediendo en este momento y por qué, al momento de escribir esto, estamos hablando de que un bitcoin vale más de USD 32.000.
Con eso en mente, comencé a revisar mis registros hasta el 12 de abril de 2013.
Verás, antes de convertirme en escritor, estuve investigando, incursionando y entendiendo bitcoin por un largo tiempo. Mis intereses por las criptomonedas se remontan a cuando todavía era un asesor financiero independiente.
Pero mi primera experiencia de escribir sobre esto y enviar mis opiniones a miles de lectores fue el 12 de abril de 2013 en una publicación conocida entonces como “The Daily Reckoning” en Australia.
No fue solo uno de mis primeros artículos sobre bitcoin, sino uno de mis primeros escritos publicados.
Debo decir que, al volver a encontrarme con este artículo, tuve dos sensaciones.
La primera, y menos importante, es que considero que mi escritura ha evolucionado bastante en ocho años (al menos eso espero).
La segunda, y que es la premisa central del artículo de hoy, es que lo que bitcoin es y lo que puede llegar a hacer, no ha cambiado, aunque hayan pasado 8 años.
Es esa segunda lección la que quiero que comprendas hoy y de la que te hablaré, también, el próximo lunes. Pensando en eso, traigo a este espacio un ensayo sobre bitcoin que escribí hace 8 años, 1 mes, y 24 días.
Para comprender lo que está sucediendo, y lo que ha estado sucediendo desde que escribí esto, debes pensar en el sistema monetario tal como lo conocemos hoy. Luego, debes comprender cómo cambia, por qué cambia y en qué podría convertirse.
Una vez que lo hagas, creo que ya estarás realmente listo para aceptar y entrar en la verdadera revolución de las criptomonedas. Pero recuerda al leer esto que fue escrito a principios de 2013. Luego de hacerlo, te invito a que te preguntes, ¿ha mejorado el sistema existente? ¿Empeoró? ¿Cambió en absoluto?
También quisiera que pienses en cómo podría verse en otros cinco, diez, 20 años considerando que ahora tenemos acceso a un ecosistema de criptomonedas próspero para usar como alternativa.
Si el efectivo es el rey, entonces, “El rey ha muerto”
Creo firmemente que el dinero físico, las monedas fuertes y el efectivo están al borde de la extinción. Y no solo por el hecho de que tu dinero solo existirá en forma digital. Sino porque la realidad es que es sólo cuestión de tiempo antes de que la principal moneda global sea la “criptomoneda”.
Además de eso, creo que podríamos estar en los albores de un sistema monetario completamente nuevo, uno controlado por comunidades de personas, un sistema regulado de igual a igual.
En el mundo de los negocios y las finanzas, es un hecho que los viejos modelos comerciales anticuados no pueden sobrevivir a menos que innoven y evolucionen. Sin innovación y tecnología, algunas empresas e industrias pueden morir.
Ahora, lo interesante es que uno de los sistemas más antiguos, y anticuados en su funcionamiento, es el sistema monetario.
Seguro que hay herramientas financieras sofisticadas como Mbps (megabit por segundo), CFD (un contrato por diferencias), derivados financieros, relajación monetaria, estimulación monetaria y toda una serie de complejidades que efectivamente ponen al mundo en la difícil situación económica en la que se encuentra hoy. Pero, para simplificarlo, digamos que las economías están impulsadas por la oferta y la demanda. Y el dinero es solo un intermediario en las transacciones financieras.
Ahora, no sé ustedes, pero yo estoy harto de los mercados impredecibles. Los gobiernos imprimen dinero sin reparos para comprar cosas que no pueden solventar e incurrir en deudas que, por supuesto, nunca pagarán…
La pregunta clave que debemos seguir haciéndonos cuando se trata del sistema monetario es: “¿Existe una mejor manera?” Con el mundo en un limbo económico constante, no hay razón por la que no debamos buscar un sistema alternativo.
Obviamente, los metales preciosos como el oro y la plata son formas alternativas de almacenar riqueza, porque les hemos asignado un valor y son un bien finito. Pero qué pasa con tu dinero en el banco … ¿te has preguntado alguna vez qué es realmente? Lo que puedo decirte es que ciertamente no está en una bóveda en donde puedas ir y recoger todo a la vez en tu sucursal local.
Es realmente un montón de números binarios, un montón de unos y ceros que existen en las redes de computadoras y servidores que son parte de la economía global.
Y lo que es importante entender es que esta nueva ola de criptomonedas no es muy diferente de cómo existe tu dinero actualmente. Lo que hace que las criptomonedas sean más atractivas es que un banco central no puede simplemente venir, imprimir más de tus cripto y devaluar así tu riqueza.
Con eso en mente, ¿cómo ves el futuro del dinero?
En mi opinión, es un sistema de criptomonedas.
Es importante darse cuenta que esto es lógica pura. Es indiscutible que a medida que avanza la tecnología también lo harán las forma en la que realizamos transacciones bancarias y nos manejamos con el dinero.
Ahora bien, quizás te preguntes ¿Por qué rayos te has convencido de que el efectivo está muerto?
Déjame explicártelo…
Si miramos hacia atrás en la década de 1950, la mayor parte de las personas, desde banqueros hasta propietarios de simples tiendas, recibían el pago en efectivo o cheque.
Independientemente de cuáles eran sus intenciones con esos fondos, si decidían depositarlos iban hasta el banco y los guardaban en una gran caja fuerte con el resto del dinero del banco.
Si querían retirar algo de efectivo para las compras semanales o para los boletos de autobús, tenían que ir a buscar el efectivo al cajero del banco. Debido a esto, el dinero se movía por el mundo transportado físicamente de A a B.
Esta modalidad era ineficiente y la seguridad era un grave problema.
Además, la gente empezaba a cansarse de tener que ir siempre al banco por dinero.
Así fue como se empezaron a introducir los primeros cambios. Ya en 1969 (en Nueva York) podías usar una tarjeta (suponiendo que fueras cliente de Chemical Bank) para retirar dinero de un cajero automático. En la actualidad, se estima que hay 2,2 millones de cajeros automáticos en todo el mundo. Con los cajeros automáticos llegaron las tarjetas bancarias, tarjetas de débito y tarjetas de crédito. Esto significaba que la gente ya no tenía que llevar dinero en efectivo. De hecho, ni siquiera necesitábamos el efectivo en nuestra cuenta gracias al crédito. Simplemente usábamos una tarjeta de plástico para comprar cosas.
Luego, con la llegada de Internet, el beneficio fue aún mayor, podíamos transferir fondos a otras cuentas o comercios de manera muy sencilla. Ya no teníamos necesidad de ir físicamente a un banco. Esto provocó que los bancos lentamente vayan cerrando sus sucursales.
Ahora tenemos bancos que ni siquiera existen en el mundo físico, están 100% en línea (un ejemplo de esto es UBank).
Como si fuera poco, puedes tener una “wallet” en tu teléfono para almacenar tus datos bancarios y así realizar pagos. Incluso puedes emparejar tu teléfono (ya sea con otro dispositivo o con una terminal comercial), para transferir o pagar dinero instantáneamente. Esto es gracias a una pequeña pieza de tecnología llamada tecnología inalámbrica de corto alcance (NFC).
En varios países africanos, muchas personas no están bancarizadas, lo que significa que no tienen una cuenta bancaria. Debido a esto, países como Sudáfrica, Kenia y Uganda tienen sistemas de pago que se procesan a través de mensajes de texto.
Les pagan por su trabajo con un mensaje de texto y compran sus bienes y servicios de la misma manera. Se llama Mobile Money y lo gestionan compañías telefónicas como MTN Group. El efectivo físico y las monedas en estos lugares ya han desaparecido.
Hay más evidencia que sugiere que los países occidentales dejarán de usar efectivo y monedas por completo. El Instituto Americano de Investigación Económica ha descubierto que en Suecia solo el 3% del dinero en circulación está compuesto por dinero físico. En los EE. UU., esa cifra es del 7% y está disminuyendo cada día más.
Piensa en la última vez que has ido de compras; ¿pagaste en efectivo o con tarjeta? ¿O cuándo fue la última vez que compraste boletos de avión con efectivo o con un cheque? De nuevo, es probable que hayas pagado con tarjeta o por transferencia.
En una nota personal, déjame que te cuente lo que me sucedió el pasado domingo por la tarde. Me dirigí a un supermercado abierto las 24 horas en Elsternwick (por cierto, un supermercado 24/7 es la mejor opción del mundo). Tomé algunos productos para la cena del domingo y fui directo a la caja de autoservicio.
Así estábamos, y ahora, ¿a dónde vamos?
Esta era la situación en 2013. Hace ocho años. Ocho años de un sistema financiero que implementa nuevas tecnologías (móviles y digitales) para dar la idea de que está evolucionando.
Pero a puertas cerradas, el sistema financiero se ha convertido en un complejo escenario desde entonces. Y ahora lo vemos desarrollarse más que nunca a medida que los bancos centrales manipulan tu dinero sin reparo.
En 2008 se puso de manifiesto la fragilidad de todo el sistema. Desde entonces, la fragilidad se ha convertido en un punto de fracaso total.
Esta falla del sistema no existe para “agradar” a Bitcoin. Te invito a leer el “Cripto en tu Idioma” del próximo lunes, en donde te explicaré más.
Verás como cuando el sistema financiero tradicional colapse nuevamente (aunque intente reconstruirse), será demasiado tarde.
El tiempo se acaba y el sistema tradicional, aunque lo intente, no podrá detener la transformación. El nuevo camino hacia un futuro descentralizado habrá comenzado.
Buenas inversiones,
Sam Volkering
Para Cripto en tu idioma