Claves para comprender el proceso económico del país, sus pronósticos y sectores fuertes.
Desde el año pasado, el modelo económico en Chile se puso en discusión por parte de sus habitantes. Con masivas protestas, revueltas y represión policial, la ciudadanía chilena planteó en las calles la necesidad de una profunda reconfiguración social al respecto de la distribución de la riqueza, la explotación de los recursos, la educación y la salud.
Las movilizaciones sostenidas desembocaron en un plebiscito, celebrado durante este año, donde se votó la reforma de la Constitución Nacional, que se remonta a las épocas de Pinochet en el poder. La convulsa situación demostró que detrás del elogiado crecimiento económico de Chile en los últimos 10 años se escondía una desigualdad creciente que necesita solución urgente.
Lo interesante del proceso reside en que una cosa no invalida la otra: Efectivamente, Chile viene teniendo un crecimiento sostenido y profundo desde el retorno a la democracia en 1990. Su destacadas industrias vitivinícola, agrícola, pesquera y minera de exportación dieron interesantes frutos, que llevaron a una reducción de la pobreza de un 40% a un 8,6% según la encuesta Casen del 2017.
Además, Chile es el país con mayor movilidad social de América Latina y ha demostrado una importante estabilidad macroeconómica, muy atractiva para los inversionistas de todas partes del mundo. En las últimas dos décadas, su producto bruto interno tuvo un acrecentamiento progresivo: Desde 84.065 millones de dólares en 1999, el PIB de Chile en el 2020 asciende a 300.721 millones de dólares.
Por estos motivos, Chile fue señalado como un ejemplo económico en América Latina, atrayendo capitales globales para el desarrollo de sus diferentes y prometedoras industrias. No hay que olvidar que Chile es el máximo exportador de cobre del mundo, una más dentro de las materias primas incluidas en el “milagroso” ciclo de exportación que reflotó al país.
Aunque existen en el país grandes cadenas de tiendas, como Falabella o Cencosud, las otras protagonistas del llamado “milagro chileno” son las compañías familiares, que representan un 70% de las pequeñas y medianas empresas del país. En otras palabras, muchas personas pudieron salir de la pobreza con la democracia, pero la brecha entre pobres y ricos continuó siendo extremadamente marcada.
Aún durante un año de enormes revueltas sociales, conflictos internos y desaceleración económica, el PIB de Chile en el 2019 creció de todas formas, ubicándose un 1,1% arriba de lo recaudado el año anterior. Por lo tanto, post-reconfiguración constitucional, se puede esperar que continúe en una curva ascendente.
Qué tipo de economía tiene Chile y cómo invertir en ella
La estructura económica del país se caracteriza por ser abierta y orientada al libre comercio. De hecho Chile es uno de los países con mayor número de TLC (Tratados de Libre Comercio) firmados en el mundo, lo que le da un acceso privilegiado a distintos mercados internacionales.
El crecimiento económico de Chile durante el 2019 experimentó una fuerte caída, lógicamente generada por el escenario de convulsión social y protestas. Pasó del 4,0% del 2018 a un 0,8% explicado por el menor dinamismo de la demanda interna y también externa.
Además de la situación específica del país, el fuerte impacto del Coronavirus desaceleró, como en todos los países, el crecimiento económico de Chile durante el 2020. Aún así, la inversión extranjera directa aumentó un 53% durante el primer semestre del corriente año.
Para un extranjero, el proceso de inversión en Chile es muy sencillo. Basta con contactar a un corredor de valores autorizado para operar en la Bolsa de Valores de Santiago, abrir una cuenta para no residentes y listo, ya se puede comenzar a comprar y vender instrumentos.
Para los inversionistas nacionales que desconfían del panorama que presenta la economía argentina, que quieren tener un acceso mayor a divisas extranjeras o simplemente desean aprovechar las variadas opciones que Chile tiene para ofrecer, existen un par de nichos clave para realizar rentables inversiones.
Como fue mencionado, el cobre es la exportación fundamental del país, tanto así que se lo conoce como “El sueldo de Chile”, por lo que invertir en la producción y extracción de este recurso natural es sin dudas una apuesta con perspectiva ganadora.
Las áreas de construcción, logística y comunicaciones también son sectores con mucho potencial, gracias al plan “Paso a Paso Chile se Recupera” que prevé nuevas carreteras, aeropuertos, viviendas, puertos, obras hidráulicas y de agua potable y acciones por el medio ambiente a construirse entre el 2020 y el 2022.