Una guía para comprender este tipo de operación
Cuando hablamos de inversiones extranjeras directas, por ejemplo, nos referimos a los capitales que una empresa decide colocar en otro país, ajeno al propio, para impulsar la compañía en búsqueda de nuevos mercados, abaratar costos o pretendiendo servirse de activos estratégicos. Por lo general, este dinero se destina para la creación de empresas agrícolas, industriales o de servicios, con el propósito de internacionalizar la firma.
Cada uno de estos objetivos tiene una argumentación específica que explica por qué una empresa buscaría desembolsar una buena cantidad de dinero en otro país, con el desarrollo estructural y de recursos humanos que esto implica. Si se trata de hacer inversiones en Colombia rentables, por ejemplo. tanto para la compañía en sí como para el país destino este tipo de inversión posee sus ventajas y desventajas, que veremos a continuación:
Los activos naturales estratégicos pueden resultar muy atractivos para la colocación de una Inversión Extranjera Directa (IED). Es el ejemplo más antiguo de ella y apunta a países en desarrollo que poseen menos regulaciones respecto a los recursos y necesitan la inversión en infraestructura para explotarlos. De todas formas, hoy en día existen otros bienes que pueden reemplazar estos recursos.
Esta lógica de inversión tiene su aspecto positivo como también su negativo: Para el país representa una buena inyección de dinero destinada al fortalecimiento de la industria, el desarrollo tecnológico y la creación de nuevos puestos de trabajo, siempre y cuando pueda negociar con la empresa un acuerdo que asegure cierto equilibrio entre las partes.
Para la empresa, representa la expansión de la firma, el abaratamiento de costos por mano de obra e infraestructura y la capacidad de comerciar con nuevos jugadores a nivel mundial. Lógicamente la puja de intereses entre uno y otro definirá el carácter de los contratos celebrados: algunas veces la balanza se ha inclinado para alguno de los dos lados.
A la hora de buscar nuevos mercados en los que competir, una inversión directa tradicionalmente se lee como un sustituto del comercio. Si el mercado destino es amplio, teniendo en cuenta el ingreso total económico y la densidad poblacional, colocar fondos en dicho mercado asegura una participación elevada en el mismo. De todas formas, esto tendría como finalidad el acceso a un mercado “cautivo”.
También se entiende que este tipo de inversión puede ser leída paradójicamente al revés, de forma indirecta. ¿Cómo es esto? Una empresa invierte en un país, que ofrece ventajas comerciales o una localización geográfica estratégica, para poder acceder al mercado de otra nación. De este modo, el volumen de comercio internacional sería mayor que en el caso anterior.
Si buscamos, podríamos encontrar ejemplos de inversión extranjera indirecta en Yahoo, Wikipedia o cualquier portal informativo o de comercio de preferencia. De todas formas, la lógica de esta operatoria es sencilla de ver: sin ir más lejos, un caso que aclara el panorama es el de México, que ofrece a otras naciones la posibilidad de acceder al mercado norteamericano gracias al Tratado de Libre Comercio que mantiene con América del Norte.
Tomando el mismo país y para extender un poco más el gráfico, este año la inversión extranjera directa en México fue muy fuerte en el turismo, de la que se calculan unos 624 millones de dólares invertidos, que representan el tres por ciento del total de la IED realizada allí.
Esto, para una empresa del sector, podría ser una buena oportunidad para generar una inversión extranjera “directa e indirecta” a la vez. Así, se ingresar en la economía local y también aprovechar las conexiones de dicho país con otros dentro del mercado,agrandando el campo de acción y las posibilidades de producción y ganancia.
Veamos algunos ejemplos de inversión extranjera directa, particularmente focalizadas en Colombia. En el país se registró un aumento del 24% en el período comprendido entre enero y julio. Estamos hablando de $7.273 millones de dólares frente a los $1.425 millones registrados en el mismo período durante el 2018. Es, sin dudas, de las inversiones extranjeras más grandes hechas en territorio latinoamericano.
Casi todo el dinero se destinó a seis inversiones extranjeras directas de fuerte peso en el país: Minería y petróleo (40,3%), servicios financieros y empresariales (17,1%), industria manufacturera (14,9%), comercio y hoteles (7,9%), transporte y comunicaciones (7,2%) y electricidad (2%). Un 10% más fue repartido entre diversos sectores de menor caudal.
Lógicamente, para que este tipo de operaciones se den con mayor grado de éxito, es preciso que los países adopten políticas de inversión extranjera que, por un lado, los vuelvan competitivos frente a la oferta de otras naciones. Pero también se precisan leyes de inversión extranjera directa, que defiendan los intereses de las naciones, a modo de protección.
Podemos encontrar pdfs de inversión extranjera directa en diversos sitios de internet, para seguir adentrándonos en el tema, tener en claro todas las posibilidades y efectos que este tipo de maniobra posee y sacar nuestras propias conclusiones.