Los ricos hacen que su dinero trabaje por ellos, mientras los pobres trabajan por dinero. ¿Con qué tipo de pensamiento te identificas?
Por Robert Kiyosaki
Querido lector,
Tanto la noción de pago por horas extras como la del salario mínimo, no existían en la ley federal de Estados Unidos hasta que el presidente Franklin D. Roosevelt ejerció presión en pos de la protección laboral a través del New Deal, luego de la Gran Depresión.
Dentro del país, los pagos del salario por horas extras se definen como el pago adicional de 50% que reciben los empleados que trabajan más de 40 horas en una semana, por cada hora extra trabajada.
Actualmente, el Departamento de Trabajo está ajustando una medida vinculada al mandato presidencial de Obama que habría duplicado el salario máximo hasta el cual un trabajador podría calificar para el pago de horas extras, según una regla propuesta que la agencia envió a la Oficina del Registro Federal para su revisión pública.
Trabajar muchas horas es una insignia de honor para los estadounidenses, y la mayoría de la gente lo hace. Todos obtienen un premio, después de todo.
Si bien te estoy dando un ejemplo de lo que sucede en mi país, estoy seguro de que independientemente de donde vivas, verás las similitudes de lo que te cuento con tu entorno.
Cada vez que hablo con mis amigos que trabajan para ganarse la vida, sobre todo con aquellos que trabajan para otras compañías y no de manera independiente, escucho siempre el mismo estribillo.
Al preguntarles: “¿Cómo van las cosas?”
Ellos responden: “Estoy tan ocupado y cansado, estuve dedicándole muchas horas al trabajo”.
Estos comentarios me recuerdan al primer capítulo que escribí para Padre Rico, Padre Pobre, al que titulé: “Los ricos no trabajan por dinero”.
Esa es la gran diferencia, lo que separa a los ricos de los pobres.
La manera en que inviertes tu tiempo, determina tu futuro financiero
Mi padre pobre decía que no podía invertir porque no contaba con el dinero suficiente para hacerlo. En cambio, mi padre rico decía: “Cuando no tienes dinero, invierte en tu tiempo”.Desafortunadamente, la mayoría de las personas no tienen tiempo para invertir. ¿Por qué? Porque están convencidos de que trabajar duramente y por mucho tiempo, los hará más rico. Pero debo decirte que no existe pensamiento más alejado de la realidad que éste.
Considera estas estadísticas:
El trabajador promedio estadounidense registra aproximadamente 1.804 horas laborales por año en el trabajo. Y aunque puede que en tu país los números varíen, la tendencia es similar.
● El 56% de los estadounidenses reportaron trabajar desde sus casas.
● El 20% informó trabajar todos los días de la semana.
● El 25% no se ha tomado tiempo libre en los últimos 12 meses.
● El 43% se ha tomado menos de una semana de descanso.
Esos números representan un aumento del 400% en la productividad desde 1960, y también reflejan la existencia de muchos ciudadanos agotados y con poco tiempo, ocupados en perseguir un mísero dólar.
Sin embargo, el crecimiento salarial actualizado por la inflación para la clase media, se ha mantenido estancado o bien ha disminuido. El Instituto de Política Económica informó que “de 1973 a 2013, la compensación por hora de un trabajador promedio (de producción / no supervisor) aumentó solo un 9%, mientras que la productividad lo hizo en un 74%”.
Y acá queda claro que trabajar más no significa producir más.
Por qué los pobres siguen siendo pobres
Si le preguntas a la mayoría de las personas por qué trabajan tanto, te responderán que lo hacen por dinero.Con esa respuesta, se refieren a que trabajan por un sueldo constante que les proporcione seguridad y estabilidad.
En mi país y posiblemente en el tuyo, el dinero es una de las principales razones por las cuales las personas asumen préstamos universitarios de miles de dólares con los que pueden costear la universidad y obtener un título que los califique para un trabajo bien remunerado que no les agrada.
Sin duda, es en estos trabajos donde pasan la mayor parte de sus horas activas, mientras las cosas que realmente aman en su vida quedan relegadas para cuando terminen de trabajar.
El problema con este enfoque es que solo obtienes dinero durante el período en que trabajas.
Lo único valioso que tienes para vender es tu tiempo. Entonces, para ganar dinero, tienes que trabajar más horas, lo que es físicamente agotador.
Debido a que solo tienes una cantidad limitada de tiempo y energía, como empleado, tu potencial de ingresos también lo es.
Por qué los ricos se vuelven más ricos
Por el contrario, si le preguntas a la mayoría de las personas adineradas para qué trabajan, te dirán que lo hacen para acumular activos.Con esto se refieren a inversiones y negocios que proporcionan un flujo de ingresos constante todos los meses con poco trabajo, o en el mejor de los casos, ninguno. En lugar de pasar su vida trabajando por dinero, los ricos se dedican a entender cómo hacer que el dinero trabaje para ellos, a través de la educación financiera.
Sumar activos a tu cartera es algo muy distinto a trabajar por un salario que apenas te alcanza para llegar a fin de mes. Por ejemplo, agregar activos no requiere de trabajar más o de esforzarse aún más.
De hecho, cuanto mayor sea tu coeficiente intelectual financiero, menos tendrás que trabajar para adquirir activos de alta calidad. Estos activos proporcionan ingresos pasivos, incluso mientras te encuentras durmiendo o en tu tiempo libre.
En otras palabras, el dinero trabaja para los ricos.
El plan para lograr tu independencia financiera
Esto no significa que los ricos no trabajen, simplemente lo hacen de una manera diferente.Cada año, Kim y yo nos tomamos un momento para establecer metas sobre cuántos activos nuevos queremos adquirir. Es importante tener en cuenta que no fijamos objetivos para ganar más dinero. No nos pasamos el tiempo en búsqueda de un trabajo mejor y mejor remunerado.
Sabemos que, si nos enfocamos en encontrar activos de alta calidad, el dinero vendrá a nosotros, y lo hará por muchos años, incluso después de que haya concluido el proceso de adquisición de nuestros activos.
Kim y yo hemos pasado muchos años construyendo nuestro portafolio de manera lenta y constante e invirtiendo en nuestra educación financiera. No siempre fuimos ricos, y no siempre tuvimos el coeficiente intelectual financiero que tenemos en la actualidad.
Pero, como mi padre rico, invertimos el tiempo necesario para hacer crecer nuestro coeficiente intelectual financiero, a través de la educación cuando no teníamos dinero. No dedicamos ese tiempo a un trabajo, sino a construir nuestro futuro financiero.
Hoy, hacemos millones de dólares al año en ingresos pasivos, dinero que trabaja para nosotros en lugar de que nosotros trabajemos por él.
Cómo encontrar tu verdadero valor
En el espíritu de moldear tu propia mentalidad, hay un modo diferente de encontrar tu propio valor, más allá de cuán duro trabajas y la cantidad de horas que dedicas cada semana a ello.Las personas más exitosas que conozco, y con éxito, me refiero financiera, física y espiritualmente, son aquellas que encuentran su valor a partir de la cantidad de activos en la que pueden llegar a invertir, con el propósito de liberar tiempo.
Piénsalo de esta manera, si estás haciendo las cosas bien, ¿no debería tu negocio o tus inversiones estar proporcionándote dinero cada mes, incluso en los momentos en los que estás trabajando? Si tienes que trabajar tanto o más que un empleado para mantener tu patrimonio, ¿cuál es realmente la diferencia? No eres dueño de un negocio, sino que ese negocio es tu dueño.
Esto no quiere decir que no tengas que trabajar duro, especialmente cuando estás comenzando y, a menudo, en los momentos clave de crecimiento, pero el objetivo final debe ser construir equipos, procesos y sistemas que te saquen de esa dinámica tan rápido y eficientemente como sea posible.
Tu verdadero valor proviene de poder invertir tu tiempo en aquellos que amas y las pasiones que realmente te movilizan. Eso no es posible cuando trabajas 80 horas a la semana.
Tu verdadero valor proviene de trabajar menos, eso es señal de que eres un inversor inteligente.
Saludos,
Robert Kiyosaki.
Robert Kiyosaki, autor del bestseller Padre Rico Padre Pobre y otras 25 guías financieras, ha desarrollado su carrera trabajando como educador financiero, empresario, exitoso inversor, magnate de bienes raíces y orador motivacional, mientras dirige Rich Dad Company.