Hoy repasaremos todas las razones de por qué pienso que el breakout del oro llegó para quedarse.
Por Jim Rickards
Durante los últimos seis años, el precio en dólares del oro estuvo en una montaña rusa. No obstante, las últimas seis semanas representaron una versión turbo de ese comportamiento. Los inversores deberán esperar más de lo mismo por las razones que explicaré a continuación.
La historia de los últimos seis años del oro es lo más importante para los inversores, así como también, lo más frustrante. El oro pasó por un histórico rally alcista desde 1999 hasta 2011, pasando de alrededor de USD 250 por onza a USD 1.900 por onza, lo que representó un 650% de ganancia.
Luego, el oro cayó en picada en un mercado bajista de 2011 a 2015, hasta tocar USD 1.050 por onza en diciembre de 2015, una caída del 45% desde el máximo y un retroceso del 51% del mercado alcista de 1999-2011. (El reconocido inversor Jim Rogers me dijo una vez que ningún producto va desde un precio base hacia la estratosfera sin un retroceso del 50% durante el camino. ¡Misión cumplida!)
Durante esa caída precipitada después de 2011, el oro alcanzó un nivel de USD 1.417 por onza en agosto de 2013. Sería la última vez que el oro tocó el nivel de USD 1.400 por onza, hasta el mes pasado, cuando el oro alcanzó brevemente USD 1.440 por onza en el trading del 25 de junio. Finalmente el rango de trading de seis años se rompió. Mejor aún, el oro alcanzó los USD 1.400 en subiendo, no bajando.
Los límites del trading de 2013 a 2019 fueron agotadores para los inversores de oro de largo plazo. El oro subió a USD 1.380 por onza en mayo de 2014, a USD 1.300 por onza en enero de 2015 y a USD 1.363 por onza en julio de 2016 (un rebote posterior al Brexit).
Pero por cada rally había una meseta. El oro cayó a USD 1.087 por onza en agosto de 2015 y a USD 1.050 por onza en diciembre de 2015. El panorama general era que el oro se negociaba dentro de un rango. Ese rango era de aproximadamente USD 1.365 por onza en la parte superior y de USD 1.050 por onza en la parte inferior, con muchos altibajos entre ellos. Sin embargo, nada parecía capaz de sacar al oro fuera de ese rango.
La buena noticia es que el oro ahora se ha disparado al alza. El nivel de USD 1.440 por onza está bien al alcance y el nivel de USD 1.400 por onza parece un piso sólido, a pesar de caídas ocasionales en el territorio de USD 1.390 por onza. El oro cotizaba ayer jueves a USD 1.410.
Más importante aún, ahora ha surgido un nuevo mercado alcista que durará varios años. Los puntos de inflexión de los mercados bajistas a los mercados alcistas (y viceversa) no siempre se reconocen en tiempo real porque los inversores y los analistas están demasiado pegados a la historia que ha terminado sin darse cuenta de que ha comenzado una nueva.
Pero, mirando hacia atrás, está claro que el mercado bajista terminó en diciembre de 2015 a un nivel de USD 1.050 por onza y un nuevo mercado alcista, ahora en su cuarto año, está sólidamente intacto. La reciente ruptura al nivel de USD 1.440 por onza es un sólido aumento del 37% para el nuevo mercado alcista. Este desglose de precios tiene mucho por recorrer. (El mercado alcista de 1971-1980 ganó más de 2.100%, y el mercado alcista de 1999-2011 ganó más de 650%).
En las últimas seis semanas, la acción en torno a los precios se ha tornado incluso más salvaje que lo que ha sido en estos últimos seis años.
Hasta el 29 de mayo de 2019, el oro languidecía a USD 1.280 por onza. Luego despegó como cohete a USD 1.420 por onza el 25 de junio de 2019, un aumento del 11% en solo cuatro semanas.
El oro retrocedió rápidamente a USD 1.382 por onza el 1 de julio, se recuperó a USD 1.418 por onza el 3 de julio y cayó nuevamente a USD 1.398 por onza el 5 de julio. Estas oscilaciones diarias de precios del orden del 1,5% son la nueva normalidad en oro. Nuevamente, la buena noticia es que el piso de USD 1.400 por onza parece permanecer intacto.
¿Qué es lo que está impulsando al nuevo mercado alcista del oro?
Tanto desde una óptica largoplacista como cortoplacista, existen tres factores importantes: la geopolítica, la oferta y la demanda, y la política de tasas de interés de la Reserva Federal de Estados Unidos (el precio en dólares del oro es solo el inverso de la fortaleza del dólar. Un dólar fuerte = un precio en dólares más bajo del oro y un dólar débil = un precio en dólares más alto del oro, entonces la política de tasas de la Fed determina si el dólar está fuerte o débil).
Los dos primeros factores han estado impulsando el precio del oro al alza desde 2015 y continuarán haciéndolo. Los puntos geopolíticos críticos (Corea, Crimea, Irán, Venezuela, China y Siria) siguen sin resolverse y la mayoría está empeorando. Cada ataque impulsa un vuelo a la seguridad que hace subir al el oro junto con las notas del Tesoro estadounidense.
La situación de la oferta/demanda sigue siendo favorable, ya que Rusia y China compran más de 50 toneladas por mes para aumentar sus reservas, mientras que la producción minera mundial se ha mantenido estable durante cinco años.
El tercer factor, la política de la Reserva Federal, es el más difícil de pronosticar y el más poderoso en el día a día. La Fed tiene una reunión de fijación de tasas el 31 de julio. No hay casi ninguna posibilidad de que la Fed aumente las tasas. El problema es si reducirán las tasas o se mantendrán como están.
El argumento para recortar las tasas es fuerte. El crecimiento de Estados Unidos se redujo en el segundo trimestre a 1,3% (según la estimación más reciente) desde un 3,1% en el primer trimestre de 2019. La inflación continúa sin alcanzar el objetivo de la Fed de 2% año contra año y ha ido declinando recientemente. Los temores de la guerra comercial se están sumando a una desaceleración del crecimiento mundial.
Por otro lado, el informe de junio mostró un fuerte crecimiento en la generación de empleo, continuos aumentos en los niveles de los salarios e un incremento de la participación de la fuerza laboral en la distribución de la riqueza. Todos estos indicadores corresponden a una inflación futura más alta bajo los modelos de la Fed. La cumbre del G20 entre los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, y de China, Xi Jinping, llevó a una tregua en la guerra comercial entre ambos países y la posibilidad de retomar las conversaciones para poner fin a la misma.
En resumen, hay una gran cantidad de datos para respaldar tanto los recortes como los no recortes de tasas en julio. La Fed está esperando su momento. Mientras tanto, el mercado se encuentra en un momento altamente incierto. Un titular favorable sobre el comercio da como resultado un dólar más fuerte y un oro más débil. Al día siguiente, uno desfavorable sobre el crecimiento se traduce en un dólar más débil y un oro más fuerte.
Esta dinámica explica los movimientos erráticos de precios hacia arriba y hacia abajo de las últimas jornadas. Y es probable que la dinámica continúe hasta la reunión de la Fed del 31 de julio en dos semanas.
Con tanta incertidumbre y volatilidad en el precio en dólares del oro últimamente, ¿cuál es la posibilidad de un repunte en los precios de los metales preciosos y las acciones que los siguen?
En este momento, mis esquemas nos dicen que el rally de oro continuará independientemente de la medida que tome la Fed con sus tasas el 31 de julio.
Las expectativas hoy son que la Fed recortará las tasas en la próxima reunión, pero las probabilidades están lejos de ser algo seguro. Si la Fed recorta las tasas, el mercado simplemente moverá sus expectativas de nuevos recortes de tasas a la próxima reunión del FOMC (18 de septiembre). Y el rally del dólar débil/oro fuerte continuará.
Si la Fed no reduce las tasas, el oro puede sufrir una reducción a corto plazo, pero los mercados asumirán que la Fed cometió un error. Las expectativas de un recorte de tasas de 50 puntos base (0,5%) en septiembre comenzarán a aumentar.
Ahora, ¿qué pasará con la plata?
Muchos inversores asumen que existe una relación entre el precio de la plata y el oro en una ratio de 16 a 1. Observan la relación actual del precio de la plata y el oro de 100 a 1 y asumen que la plata está preparada para un rally del 600% para restaurar la relación de 16 a 1. Estos inversores son los mismos que tienden a culpar a la “manipulación” por el bajo rendimiento de la plata.
Ese análisis es casi totalmente absurdo. No hay una relación de ratio entre la plata y el ratio de 16 a 1 es un legado histórico del lobby de la minería de plata a fines del siglo XIX, una época de deflación, cuando los agricultores y los mineros intentaban aliviar la oferta monetaria inflando el precio de la plata creando este vínculo.
El resultado fue el “bimetalismo”, una forma temprana de QE. La relación no tenía nada que ver con la oferta /demanda, la geología o cualquier otro factor fundamental. El bimetalismo falló y fue reemplazado por un estricto estándar oro en 1900.
Esto no significa que no haya una correlación entre los precios del oro y la plata. Como lo revela el cuadro a continuación, existe una correlación moderadamente fuerte entre los dos. El coeficiente de determinación (expresado como r2) es 0,9.
Esto significa que más del 80% del movimiento en el precio de la plata puede ser explicado por los movimientos en el precio del oro, sin embargo, el precio de la plata está influenciado por otros factores relacionados a la demanda industrial, que nada tienen que ver con los precios del oro.
Recientemente se evidenció una brecha enorme entre el repunte en los precios del oro, en azul, en comparación con los precios de la plata, en naranja.
Dada la histórica y alta correlación entre los movimientos del precio del oro y la plata y el reciente retraso de ésta última en el rally, el análisis sugiere que el oro caerá o que la plata se recuperará bruscamente.
Dado que he articulado el caso de una fortaleza continua en los precios del oro, mi expectativa es que éste continuará superando a la plata.
De cualquier modo, ambos metales se dirigen hacia arriba.
Saludos,
Jim Rickards
Jim Rickards es editor de Inteligencia Estratégica para Agora Publicaciones. Es un abogado, economista y banquero de inversión. Ha brindado su vasto conocimiento de los mercados a la comunidad de inteligencia estadounidense y al pentágono.