Me mantengo alcista sobre el oro y las acciones de mineras del metal. Si aún no lo has hecho, considera incrementar tu exposición a este commodity.
Por Jim Rickards
Con la economía tocando fondo en el año 2003, la Fed dejó las tasas de interés en el 1%, debido a temores de que una fluctuación agresiva podría causar el mismo efecto que en el año 2000, cuando el mercado explotó tras varios años de alza sostenida.
Ahora, la contracara fue que esa política de dinero fácil resultó siendo un factor clave en la gestación de la burbuja inmobiliaria durante 2005 y 2006, que terminó con la mayor crisis financiera desde la Gran Depresión.
En mayo de 2007, el entonces presidente de la Fed, Ben Bernanke, decía lo siguiente:
“El efecto de los problemas del sector subprime… serán limitados, y no esperamos que se traspasen de forma significativa desde el mercado subprime al resto de la economía y el sistema financiero”.
Sin embargo, solo un mes después el entonces poderoso banco Bear Stearns se veía obligado a rescatar dos fondos de hipotecas subprime, en lo que sería el principio el primer paso hacia el proceso de reducción de tasas que condujo a la política monetaria más laxa de la historia de la economía global.
La era del dinero gratis
Situaciones extraordinarias requieren medidas extraordinarias y para enero de 2009 la Fed había reducido agresivamente las tasas de interés, llevándolas desde 5,25% a 0%.
Esto dio inicio a una era de dinero gratis mejor conocida como flexibilización cuantitativa (QE).
En estos experimentos monetarios abstractos, que comenzaron con Bernanke y se mantuvieron bajo el mando de Janet Yellen, la Fed compró bonos del Tesoro, de hipotecas y de corporaciones con vencimientos más largos. Esto se hizo para forzar a los inversores (en especial a los fondos de pensión y las compañías se seguros) a buscar mejores rendimientos en otros lugares, lo que inflaría de nuevo las acciones, los bonos y los precios de las viviendas.
Por supuesto, en finanzas la idea de “buscar mejores retornos” también se puede leerse como “correr más riesgos”.
A partir de ahí, los inversores comenzaron a inventar acrónimos adorables (como TINA, siglas en inglés para “no hay alternativa”) para justificar las compras compulsivas de acciones. Con un ratio precio-ganancia (P/E) de 32 veces el S&P 500 está en su punto más alto en el ratio P/E Schiller desde el año 2000.
En otras palabras, está caro.
Desde el mínimo de marzo del 2009, el S&P 500 ha recuperado casi un 400% y los inversores no nos hemos tenido que preocupar de nada, porque la Fed tiene todo bajo control.
Pero cuando la complacencia lidera los mercados, significa que hay que comenzar a mirar las cosas con un poco más de suspicacia.
Conclusiones sobre la Reserva Federal
La última ronda de QE terminó a finales de 2014, y ahora el banco central estadounidense tiene unos US$ 4,5 billones en activos bajo su control. Además, las tasas finalmente salieron del límite inferior cero y están encaminadas hacia niveles más altos. La tasa de los fondos de la Fed ahora se encuentra entre 2% y 2,25%, con otro ascenso anticipado para fin de año.
Si la historia nos sirve como guía, los dos últimos ciclos de incrementos en las tasas –en el año 2000 y en el periodo 2004-2006- eventualmente resultaron en correcciones de la Bolsa de un 50%.
Con un mercado sobrevalorado y la guerra comercial cocinándose en el horizonte, ¿por qué hemos de pensar que esta vez será diferente?
O como una vez dijo Mark Twain: “cada vez que te encuentres a ti mismo del lado de la mayoría, es hora de dar un paso atrás y reflexionar”.
Dime si has escuchado esta historia antes: la Reserva Federal incrementa las tasas de interés y el dólar cae.
Suena ilógico, pero pasó en diciembre de 2015 y diciembre de 2016.
Y pasará de nuevo.
Ahora, cuando ocurra, el valor de los commodities medidos en dólares irá al alza –especialmente el oro.
Los precios nos están alertando de un posible cambio en el sentimiento de mercado que afectará negativamente al dólar e impulsará el próximo rally del oro:
El oro tocó un nuevo mínimo en agosto pasado. Y el dólar estadounidense, por su lado, llegó a un nuevo máximo.
Después de eso, los patrones de precios se desenvolvieron exactamente como se esperaba…
El metal y la divisa están marcando patrones de tres olas:
• En la primera ola de una tendencia alcista, el optimismo se vuelve euforia.
• En la segunda ola, la euforia se vuelve duda.
• En la tercera ola, la duda se convierte de nuevo en optimismo, y luego euforia de nuevo.
Esto es importante. Porque los patrones se dan de esta forma debido a que reflejan las respuestas emocionales básicas de los traders.
Los precios escalan y caen debido a estas emociones básicas.
Entonces, los patrones de los gráficos que vimos hace un momento sugieren que el oro escalará y el dólar caerá este octubre.
Incluso podrían marcar el comienzo de una tendencia más grande. Un cambio en la opinión de los inversores hacia las tasas de interés es totalmente posible.
Por qué me mantengo optimista con el oro
Verás, las tasas de interés crecientes atraen al capital. Y la entrada de capital crea demanda por la divisa subyacente, lo que a su vez impulsa su precio.
Sin embargo, después de los incrementos a las tasas por parte de la Fed en los diciembres de 2015 y 2016, en realidad ocurrió precisamente lo contrario.
En cada oportunidad, los mercados globales dijeron: “No nos quites nuestro capital. ¡Necesitamos dólares!” La Fed escuchó al público y pospuso los incrementos planeados para las tasas.
Y cada vez que las expectativas de las tasas cambiaban, el dólar perdía soporte. El oro escaló un 26% y un 17% en cada oportunidad respectivamente.
Las preocupaciones de hoy son las mismas. China y las economías emergentes están teniendo problemas, por lo que los mercados han comenzado a preocuparse.
Y la Fed sabe que los cambios en su política de tasas de interés afectan al mundo entero. Si las tasas suben demasiado, habrá más presión sobre el resto del mundo.
La Fed no quiere eso. Eso significa que tampoco quiere un dólar más fuerte.
Conclusión: me mantengo alcista sobre el oro y las acciones de mineras del metal. Si aún no lo has hecho, considera incrementar tu exposición a este commodity.
Jim Rickards
Jim Rickards es editor de Inteligencia Estratégica.
Esta columna fue publicada originalmente en El Inversor Diario, el newsletter gratuito de Inversor Global en el que escriben las mentes financieras más brillantes de Estados Unidos y América Latina. El Inversor Diario te permitirá acceder a información exclusiva sobre los mercados internacionales y puedes suscribirte haciendo click aquí.