Ha llegado la hora de que los inversores minoristas más preparados comiencen a ver al oro como una forma simple de dinero medida en su propio peso, no en su valor dolarizado.
Por Jim Rickards
Si lo medimos usando los derechos especiales de giro del Fondo Monetario Internacional, el oro cayó un 8,8% desde los 950 DEG en septiembre de 2016 (justo antes de que el yuan entrara en la canasta de valoración de los derechos) a los 866 DEG por onza el 6 de agosto de 2018.
En euros, el oro tuvo un ascenso pequeño de los 980,43 euros la onza el 17 de diciembre de 2015 (el comienzo del despegue en las tasas) a los 1,049 euros por onza el 6 de agosto de 2018, un ascenso del 7,0% para el metal.
Así que cuando preguntamos si el oro se mueve ascendente, descendiente u horizontalmente, la respuesta es: “sí”. El oro ha escalado en su precio de dólares y euros a partir de un mínimo secular. Sí, ha caído en dólares desde su máximo de 2018. También ha caído en DEG desde que China entrara a la canasta de divisas, aunque un rally en esta divisa es una posibilidad muy real considerando el target de 900 DEG de China.
En pocas palabras, el oro se mueve hacia arriba, hacia abajo y de lado a lado dependiendo del marco temporal, puntos de inflexión y unidad de medición. Los ejemplos que listé hace un momento son correctos, y sin embargo, no me costaría nada hacer una distribución aún más amplia de las fluctuaciones en los precios. Para eso, solo tendría que sumar más divisas (¿ya nos olvidamos de la libra?) y extender, o condensar, el marco temporal. Como verás, el precio del oro en un momento determinado requiere de un contexto que lo acompañe.
Todo esto nos lleva a un problema aún más profundo. En términos simples, el sistema no tiene un punto de enfoque universal.
El oro puede tener ganancias importantes (los US$35 por onza del 14 de agosto de 1971), pérdidas colosales (US$1.950 por onza el 1ero de septiembre de 2011) o fluctuaciones insignificantes medidas en bolívares venezolanos o dólares zimbabuenses.
Tú decides. Que “hagas o no dinero” o no con el oro depende de tus puntos de entrada y salida, la divisa subyacente y varios otros factores, incluyendo impuestos y jurisdicción local.
Un análisis más profundo diría que en vista de que el oro es dinero y de que tenemos un sistema global sin un punto de enfoque principal, realmente nunca ganas o pierdes dinero con el metal; lo único que haces es ajustar la cantidad de tus tenencias.
Y es asi como yo veo al oro.
Si tengo 100 onzas de oro, esa cantidad según su peso puede incrementar o disminuir (generalmente incrementa), pero el precio en dólares es irrelevante, ya que eso no es más que una referencia arbitraria, no una real.
De hecho, la única forma de dinero que puede ser usada como una referencia para otras formas de dinero es el propio oro, ya que es el único activo de referencia que no puede imprimirse a un costo marginal cero. ¿Por qué darle ese privilegio al dólar en vez de al metal medido por su peso? De todas formas, está bien si haces eso; no es más que otra decisión arbitraria.
Estas distinciones no son meramente teóricas. Muchos de los inversoresimportantes del oro ya han comenzado a hacer la transición. Rusia se ha deshecho de casi todas sus tenencias de securities relacionados al Tesoro Estadounidense y otros activos denominados en dólares. Moscú está comprando oro de forma constante, a un ritmo de unas 10 a 20 toneladas mensuales, incluyendo entre esos meses el período de finales de 2014 hasta mediados de 2016, en el que sus reservas generales cayeron unos US$ 200.000 millones.
Rusia no “jugó” al mercado en lo que refiere a los precios en dólares. Solo mantuvo abierta su orden de compra y acordó adquirir el oro a precios que permitieran que sus tenencias del metal siguieran creciendo, incluso a medida que sus tenencias de dólares disminuían.
Parece ser que China es el actor principal detrás de lo que parece ser una nueva tasa de cambio fija entre el oro. Los motivos de China son los mismos de Rusia, incluso si sus tácticas varían. Al establecer una tasa de cambio fija aislada del dólar, China puede preservar el valor de sus activos en DEG y oro.
El propósito de este vínculo es salir de la hegemonía del dólar y crear un mundo de otros activos de reserva (EDG y oro) que mantienen su valor a través de una tasa de cambio fija.
El propio FMI mantiene sus libros en DEG, y posee una reserva de oro puro de más de 2.000 toneladas. Alemania ha llevado a Frankfurt la mitad del oro físico que tenía en Nueva York, Londres y París. Holanda, Austria y otras naciones actualmente atraviesan diferentes etapas de un proceso para llevarse su oro físico de Nueva York a sus respectivas capitales.
Rusia, China, Irán y Turquía son los miembros clave de un “Nuevo Eje del Oro” que está reemplazando al dólar como el activo de reserva principal por oro en la medida de lo posible. El uso del oro le permite a estas naciones con tantos intereses en común esquivar el sistema de pagos internacional dominado por la divisa estadounidense.
Es curioso cómo muchas de las naciones que se oponen a la hegemonía del dólar actualmente están sintiendo presión económica por parte de Estados Unidos, con Turquía siendo la víctima más reciente.
¿Será posible que Washington haya impuesto su sanción a Turquía solo para castigarla por sus comentarios anti-dólar?
Resulta que el Presidente turco, Erodgan, ha expresado deseos de abandonar el sistema dolarizado.
Cito:
“Creo que los esfuerzos en función de hacer negocios con países como Rusia, Irán, China y Corea del Sur en divisa local y otras alternativas, como los préstamos en oro, son vitales para escapar de las presiones que emanan de las tasas de cambio”.
No olvides que hace poco el Banco Central Turco decidió repatriar sus 220 toneladas de oro desde Estados Unidos.
Si ves más allá de los titulares de noticias, encontrarás muchas respuestas.
Todas estas jugadas que hemos visto recientemente tienen algo en común: no fueron hechas considerando cuidadosamente el timing en función de hacer ganancias o pérdidas con el dólar. Son cambios directos de dólares a oro en los que no se consideró en ningún momento el precio del metal con respecto a la divisa estadounidense. Además, dependiendo de cómo lo midas, esto resultó en diferentes precios para el oro.
Este es el mundo en el que vivimos ahora. La mayoría de los inversoresminoristas que compran el metal están demasiado concentrados en el “precio en dólares” del oro sin considerar que esa métrica es cada vez más irrelevante. Los inversores más grandes del mundo (Rusia, China, Alemania, etc.) simplemente están “des-dolarizándose” y están convirtiendo sus dólares en oro sin consideración alguna por los precios en un momento determinado.
Lo único que quieren es el metal y no les preocupa el valor dolarizado del mismo, a diferencia de muchos inversores.
Por esa razón, yo también recomiendo invertir en el metal más allá de su precio en dólares. Considéralo una forma de dinero medida por su peso.
Ha llegado la hora de que los inversores minoristas más preparados comiencen a ver al oro como una forma simple de dinero medida en su propio peso, no en su valor dolarizado. Se debería comprar en cantidades razonables (recomiendo un 10% de tus activos de inversión) y mantenerlo en un almacén seguro y ajeno a cualquier entidad bancaria (para cuando necesites usar tu oro, los bancos habrán cerrado).
Nunca está de más buscar buenos precios de entrada y evitar mini-burbujas en la cotización del commodity. Sin embargo, la meta aquí es acumular oro sin darle importancia al precio spot en dólares del metal.
Si el precio del oro se mantiene o cae un poco, no ganarás ni perderás mucho. Eso está bien; esta es otra forma de dinero. Si por otro lado su precio se dispara, harás una fortuna en dólares sin importar cuál fue tu precio de entrada. Eso también está bien.
El peligro aquí es no tener oro y no poder adquirirlo una vez que la demanda llegue a nuevas alturas, el precio se dispare y la oferta sea inexistente. En ese punto, no serás más que un espectador –el tren dorado habrá salido de la estación.
Saludos,
Jim Rickards
Jim Rickards es editor de Inteligencia Estratégica para Agora Publicaciones