Si el banco central de Estados Unidos sube las tasas sin tener inflación, ese aumento puede terminar causando la recesión para la que tanto se están preparando. Los peligros sistémicos son claros: el mundo está orbitando hacia una crisis soberana de deuda.
Una vez que las expectativas de inflación realmente se desarrollen, es probable que ésta caiga como un yunque sobre la economía.
Es perfectamente posible que la inflación llegue rápidamente, y de a dos dígitos…
La Fed no para de decir que la “estabilidad de los precios” es una parte de su doble misión, y que están comprometidos a mantener el poder adquisitivo del dólar. Sin embargo, el banco central estadounidense tiene una definición curiosa de “estabilidad de precios”.
El sentido común diría que la estabilidad de precios debería incluir ambas inflación y deflación en cero. Según esta definición, en cinco años un dólar debería tener el mismo poder adquisitivo que un dólar de hoy en día. Claro que este poder adquisitivo sería “en promedio”, ya que algunos bienes o servicios siempre suben o bajan de precio por razones totalmente ajenas a la Reserva Federal.
Sin embargo, la Reserva Federal está apuntando a un 2% de inflación, no 0%. Y puede que eso suene bajo, pero no lo es.
Una inflación de 2% reduciría a la mitad el poder adquisitivo del dólar en 35 años, y luego lo volvería a cortar a la mitad en 35 años más Eso significa que en una vida de 70 años esa inflación de 2% le haría al dólar perder un 75% de su poder adquisitivo.
De ser 3%, disminuiría en casi un 90%.
Entonces, ¿a qué se debe este target de 2% en vez de 0%?
La razón es que si llega una recesión, la Fed necesita recortar las tasas de interés para sacar a la economía de esa recesión. Pero si los intereses y la inflación ya están en cero no hay nada para recortar, y quedaríamos atrapados indefinidamente en una baja económica.
Eso es lo que está ocurriendo ahora. La Fed ha estado aumentando gradualmente los intereses únicamente para poder reducirlos en la próxima recesión.
Sin embargo, hay un problema con esto:
La Reserva Federal puede aumentar los intereses todo lo que quiera, pero lo que no puede hacer es generar inflación. La inflación depende de la psicología de los consumidores. No hemos tenido mucha inflación en los precios de los consumidores, sino que esto más bien se ha visto reflejado en los precios de los activos.
El dinero impreso tiene que ir a algún lado, pero en lugar de reflejarse sobre los bienes, los inversores se han volcado a perseguir retornos.
En un artículo reciente, Stephen Roach, un académico de Yale, señala que entre 2008 y 2017 los balances combinados de los bancos centrales de Estados Unidos, Japón y la Eurozona se expandieron por US$ 8,3 billones, mientras que el PIB nominal de dichas economías solo creció en US$ 2,1 billones.
¿Qué ocurre cuando imprimes US$ 8,3 billones y creces US$ 2,1 billones? ¿Qué ocurre con los US$ 6,2 billones extra que imprimiste?
La respuesta es que se van a los activos: acciones, bonos y el real estate han sido impulsados fuertemente por la impresión de capital de mano de los bancos centrales.
La Reserva Federal, al principio bajo el mando de Ben Bernanke y luego de Janet Yellen, repitió el error garrafal de Alan Greenspan en los años 2005 y 2006.
Greenspan dejó las tasas de interés demasiado bajas por demasiado tiempo, y como resultado generó una burbuja colosal en las viviendas, lo que en última instancia puso al mundo financiero al borde del colapso en 2008.
Bernanke y Yellen cometieron el mismo error: dejaron las tasas de interés demasiado bajas por demasiado tiempo. Deberían haber comenzado un proceso de normalización de los intereses y sus hojas de balances en 2010, cuando las etapas tempranas de la expansión actual las pudieron haber soportado.
Pero no lo hicieron.
Estos dos ex-funcionarios no generaron una burbuja real estate, sino que una “burbuja general”. Cuando pase el tiempo, esto será visto como el mayor error en la historia de los bancos centrales.
El problema con los precios de los activos es que no fluctúan de una forma uniforme y lineal. Por el contrario, sus cotizaciones son susceptibles a burbujas cuando van al alza y a crisis cuando van a la baja. Las fluctuaciones más diminutas pueden salirse de control y llevar a crisis de liquidez peores que las de 2008.
Si el banco central de Estados Unidos sube las tasas sin tener inflación, esas tasas de interés reales pueden terminar causando la recesión para la que tanto se están preparando. Los peligros sistémicos son claros. El mundo está orbitando hacia una crisis soberana de deuda debido al exceso en las responsabilidades de pago y la carencia de crecimiento.
La inflación ayudaría a reducir el valor real de la deuda, pero los bancos centrales evidentemente han probado ser incompetentes a la hora de generar inflación. Ahora, los bancos centrales se enfrentan al pronóstico de una recesión más deflación, a la vez que se quedan sin armas para combatirlas.
Por eso hoy la Fed está considerando ideas radicales para poder generar la inflación que tanto necesitan.
Una de esas ideas es abandonar el target de inflación de 2% y simplemente permitirle a la inflación crecer tanto como sea necesario para cambiar las expectativas y darle a la Reserva Federal la munición necesaria para combatir la próxima recesión. Eso significa que un 3% o un 4% de inflación podrían estar llegando más rápido de lo que espera el mercado.
Sin embargo, la Fed debería tener mucho cuidado sobre sus metas. Una vez que se desarrollan las expectativas de inflación, éstas pueden tomar vida propia. Cuando se arraigan a la mente del público, es probable que la inflación caiga como un yunque sobre la economía estadounidense, alcanzando los dos dígitos rápidamente.
La inflación de dos dígitos no ocurre de forma lineal. Con esto me refiero a que la inflación no va simplemente del 2% al 3%, 4%, 5%, etc. La realidad es que sumamente difícil hacer que ésta pase solo del 2% al 3%, que es lo que en última instancia está buscando la Fed.
Sin embargo, no es difícil que dé un salto rápido desde ahí.
Podríamos ver dificultades para pasar de 2% a un 3%, pero de un momento a otro podría llegar a 6%, luego a 9% e incluso 10%.
Esto es algo que saben muy bien nuestros lectores de México y, sobre todo, de Argentina: la inflación se puede salir de control muy, muy rápido.
Entonces, ¿podríamos ver este salto de dos dígitos en la inflación en los próximos cinco años? Es posible, aunque no es ése no es mi pronóstico. Sin embargo, si llegara a ocurrir, podría ser un fenómeno muy rápido. Así que su en este momento la Fed cree que puede disparar la inflación sin consecuencias, está jugando un juego muy peligroso.
Ahora bien, ¿por qué se equivocan tantos las predicciones de la Reserva Federal?
Hay varias razones para este historial tan vergonzoso, incluyendo el uso de modelos de equilibrio para trabajar sobre un sistema complejo, dinámico y anti-equilibrio.
Llevo años diciendo que la Reserva Federal ocupa los modelos económicos erróneos, con lo que arrastra el peor historial de pronósticos acertados de cualquier institución oficial importante (aunque el FMI no está muy por detrás en lo que refiere a proyecciones equivocadas).
Y los hechos respaldan esto.
Durante ocho años seguidos, desde 2009 hasta 2016, los pronósticos de crecimiento económico de la Fed para el año siguiente estuvieron siempre equivocados. La Reserva Federal no ha logrado crecimiento auto-sostenible ni siquiera cercano a los niveles de las tendencias pasadas y además, no ha logrado alcanzar su target de inflación de 2%.
El error de Phillips
Puede que la falta más significativa en cuanto a las capacidades analíticas y predictivas de la Fed sea su dependencia por la curva Phillips, misma que describe una supuesta relación inversa entre la inflación y el desempleo; sin embargo, no hay evidencia que sustente esta teoría.
A finales de la década del 60, Estados Unidos tenía desempleo bajo e inflación alta. A finales de los 70 y principios de los 80, había inflación y desempleo altos. Hoy en día, el país tiene bajo desempleo y baja inflación. Como notarás, no hay ninguna relación entre estos dos factores.
Pero la Fed ha estado tomando en consideración esta falta de evidencia. Resulta que el banco central estadounidense acaba de concluir con que realmente no entiende cuál es la relación entre la inflación y el desempleo. Tal vez puedo ayudar…
La razón por la que no comprenden dicha relación es porque simplemente no existe. La inflación no es impulsada por el empleo ni por la oferta monetaria, sino que es el resultado de expectativas psicológicas y de patrones de comportamiento de los consumidores, que actúan en base a esas expectativas.
Si la gente considera que se aproxima inflación, actuarán acorde a esta idea y de forma masiva, dando como resultado un aumento en la velocidad de circulación del dinero y, más temprano que tarde, la inflación llegará a no ser que la oferta monetaria se contraiga dramáticamente. Así es como generas los saltos inflacionarios que mencioné hace un momento.
No fue sino hasta hace dos años que los pronósticos del banco central de Estados Unidos comenzaron a ser más acertados, y eso es solo porque la Fed simplemente recortó sus proyecciones para acercarlas más a la tendencia de crecimiento de nueve años de poco más de 2%.
Mejor tarde que nunca, pero mientras tanto la Reserva Federal está creando obstáculos económicos con los incrementos en los intereses y mediante la reducción de la oferta monetaria a través de su nuevo programa de endurecimiento cuantitativo, o QT como se le llama en inglés.
Con el regreso de la incertidumbre de la Bolsa y con la economía en condiciones regulares, es muy posible que se dé una corrección bursátil severa o una recesión. No sé exactamente cuándo se dará –pero sé que será más temprano que tarde.
¿Ya tienes tu oro?
Jim