En el corto plazo, el metal plateado será quien supere al oro, mientras que a las acciones de compañías mineras de plata bien manejadas les irá aún mejor que al propio metal.
Por Jim Rickards
Con una historia de miles de años por detrás, la plata ya está lista para retomar su rol monetario…
La República Romana, y luego el Imperio Romano, tenían monedas de oro llamadas “áureos” y “sólidos”. Sin embargo, también acuñaban una moneda de plata bastante popular conocida como “denario”. Un denario representaba el salario diario para los trabajadores no especializados y para los soldados romanos.
En los últimos años del Imperio, el áureo, el sólido y el denario fueron reemplazados por una amalgama de oro y plata mezclados con metales base. La caída del Imperio Romano fue de la mano con el declive de las formas sanas de capital.
A principios del Siglo IX d.C., Carlomagno llevó a cabo una expansión considerable del uso de monedas de plata, a fin de compensar una severa escasez de oro. La iniciativa fue exitosa, estimulando la economía de los predecesores del Sacro Imperio Romano. En cierto sentido, Carlomagno creó la flexibilización cuantitativa hace más de mil años.
Y la plata fue la forma de capital predilecta.
Según la Ley estadounidense de acuñación de 1792, el oro y la plata fueron divisas de curso legal en Estados Unidos. Desde 1794 hasta 1935, la Casa de Moneda de Estados Unidos (U.S. Mint, en inglés) emitió “dólares de plata” con varios diseños diferentes. Éstos tuvieron una amplia circulación y fueron utilizados como dinero por estadounidenses promedio. El dólar legalmente se definía como una onza de plata.
El dólar de plata de finales del Siglo XVIII en realidad era una copia del antiguo real de ocho de España, acuñado por el Imperio español desde finales del Siglo XVI. El nombre en inglés de esta moneda fue “piece of eight”, y el nombre en ambos idiomas nació a partir de que la moneda podía dividirse fácilmente en ocho partes.
De hecho, hasta el año 2001 las cotizaciones de la bolsa de Nueva York estaban medidas en octavos y dieciseisavos, basándose en la moneda de plata española original y sus ocho divisiones.
Hasta 1935, las monedas de plata estadounidenses estaban conformadas en un 90% por plata pura con una aleación de 10% de cobre, pensada para alargar la vida de cada moneda. Después de la Ley estadounidense de acuñación de 1965, el contenido de plata en las monedas de 50, 25 y 10 centavos fue reducido desde un 90% hasta un 40%, debido a los precios en alza del metal plateado y por la acumulación de monedas por parte de los ciudadanos que valoraban el 90% de plata de las monedas de plata más antiguas.
Aprobada por el Presidente Johnson en 1965, esta nueva ley marcó el fin del verdadero uso de monedas de plata en los Estados Unidos. En 1968, una nueva legislación despojó a los antiguos “certificados de plata” (notas papel del Tesoro) de su capacidad para ser cambiados por lingotes o piezas de plata.
Desde ese momento, el uso de monedas en los Estados Unidos consistía de metales base y papel dinero que no podía ser cambiado por plata (la capacidad de cambiar por oro ya había sido destituida en 1933).
Esperemos que Estados Unidos no siga los pasos del Imperio Romano en lo que refiere al declive político convergiendo exactamente con la sustitución de monedas de oro y plata por unas hechas con metales base.
En 1986, Estados Unidos reinstituyó el uso de monedas de plata con una moneda conformada por una onza de plata con una ley de pureza de .999, llamada el “American Silver Eagle”. Cabe destacar, sin embargo, que esta no es una moneda de curso legal, pero sí cuenta con un valor nominal de un dólar. El Silver Eagle es una moneda acuñada a partir de lingotes de plata. Debido a su alto contenido de plata, la moneda está altamente valorada por inversores y coleccionistas.
Pero que quede claro: no es dinero.
Y es que, ¿qué clase de tonto pagaría una onza de plata por algo que tiene un valor de solo US$ 1?
En pocas palabras, la plata puede considerarse un metal monetario de la misma forma en que se le considera como tal al oro, y en lo que refiere al uso en monedas, ambos tienen un historial igual de impecable. La plata ha sido la base de las economías de imperios, reinos y estados nación a lo largo de la historia.
A nadie debería sorprenderle que las fluctuaciones porcentuales en los precios en dólares de la plata y el oro estén íntimamente relacionadas.
La plata es más volátil que el oro, y también resulta más difícil de analizar, ya que tiene muchísimos más usos industriales que el metal dorado. Se puede utilizar en motores, aparatos electrónicos y revestimientos.
Es interesante destacar que el oro realmente tiene muy pocos usos más allá del de una forma de capital en lingotes. Sí tiene unos cuántos usos como material de revestimiento para cables ultra-delgados, pero esto no representa sino una porción muy pequeña del mercado del oro.
Ahora, en lo que refiere a joyería, ambos metales son ampliamente utilizados. Personalmente, considero la joyería como “riqueza en prenda”, más similar un lingote que a otro segmento del mercado.
Y como la plata cuenta con muchos más usos comerciales que el oro, el precio del primero puede subir y bajar dependiendo del ciclo económico, independientemente de cuáles sean las condiciones monetarias.
Sin embargo, en lo que refiere al largo plazo, tanto las consideraciones monetarias como los aspectos relacionados al lingote de plata, tienden a dominar por encima de los usos industriales del metal. Además de todo esto, la plata sigue muy de cerca el rendimiento de su primo dorado en lo que refiere a su cotización en dólares.
Si bien las cotizaciones del oro y la plata en efecto están bastante relacionadas, este vínculo en realidad no es perfecto. Hay momentos en los que el oro supera el rendimiento de la plata y viceversa. En este momento el metal plateado está en un punto bastante favorable.
El oro está teniendo un buen rendimiento, ¡y a la plata le va aún mejor!
La información más reciente me dice que la cotización de la plata está preparada para despegar. Esta conclusión sale en parte de mi análisis del mercado del oro.
El oro tuvo un rally histórico desde 1999 hasta el 2011, pasando de más o menos US$250 a US$1.900 por onza –es decir, una ganancia que se aproxima al 900% en un período de doce años. Desde entonces, los precios del oro cayeron como parte de un retroceso del 50% (tomando como referencia los precios de 1999) y tocó fondo en diciembre del 2015, cerca de los US$1.050 la onza.
Es realmente muy difícil ver en tiempo real cuando se dan los máximos y mínimos de los mercados alcistas y bajistas seculares, pero cuando se les analiza en retrospectiva sí son fáciles de detectar. El oro tuvo una ganancia de más del 23% en el período 2016-2017. Mirando las cosas desde principios del 2018, queda claro que el mercado bajista del metal dorado culminó hace ya dos años, y que ya ha comenzado un nuevo mercado alcista secular.
La plata no solo está lista para unirse a estas subas, sino que incluso está demostrando un mejor rendimiento que el del propio oro, aunque con una volatilidad más pronunciada. Las subas de ambos metales están basadas en una combinación de fundamentos de oferta-demanda, presiones geopolíticas creando demanda por activos refugio y unas expectativas de inflación cada vez más altas, esto último resultado de la incipiente desconfianza por el dinero fiat y los bancos centrales.
Además de todo esto, en este momento la plata tiene condiciones técnicas sumamente favorables. Samson Li, un analista de metales preciosos, escribió el 2 de enero de 2018 en Thomson Reuters el siguiente análisis para la plata:
“Técnicamente, la plata está preparada para un rompe positivo importante en el 2018. Las cifras CTFC relacionadas a las posiciones de Managed Money demuestran que la plata COMEX ha estado invadida por ventas en corto por las últimas tres semanas, comenzando el 12 de diciembre. No se trata de algo histórico, pero ciertamente no es común para la plata experimentar esto; la última vez que la plata COMEX estuvo es una situación así fue entre finales de junio y la primera semana de agosto del 2015. Ya que las opiniones de inversión pueden lanzarse de un lado del espectro al otro con facilidad, y dada la volatilidad intrínseca de la plata, está posición de ventas en corto debería darnos las señales iniciales de un posible rally agudo de posiciones cubiertas. Considerando este mismo período de tiempo pero en el año 2015, el 7 de julio la plata cotizaba por US$15,61la onza, y se trataba de su tercera semana consecutiva de posiciones cortas. Aproximadamente un año después, en julio del 2016, la plata cotizaba por US$20 la onza… Es posible que las opiniones tan negativas sean señal de que la plata será el metal con mejor rendimiento en el 2018, eso claro sin contar con alguna crisis que desplome todos los commodities menos el oro”.
Las buenas noticias son que este rally secular del metal plateado apenas está en sus primeros días. Las ganancias recientes se sostendrán y amplificarán en los meses venideros.
En el corto plazo, el metal plateado será quien supere al oro, mientras que a las acciones de compañías mineras de plata bien manejadas les irá aún mejor que al propio metal.
Ya lo sabes, el oro no es el único camino.
Saludos,
Jim Rickards