El paso previo para tener éxito en las inversiones pasa por ordenarse y establecer el equilibrio necesario para tomar decisiones acertadas.
Por James Altucher
Actuar, parte I
Nada tendría sentido si no ACTUÁRAMOS.
Creé un software y comencé a tradear usándolo en 2001. Ese fue el peor mercado bajista de toda la historia (eso quiere decir que el mercado iba a la baja casi todos los días). Estábamos en una recesión, el ataque a las Torres Gemelas recién había ocurrido, Enron y Worldcom habían quebrado y yo, mientras tanto, estaba comprando acciones todos los días basándome en mi software.
Hacía ganancias casi todos los días y creo que no tuve ni un solo mes de pérdida.
Eventualmente la gente comenzó a darme dinero para tradear por ellos. Cada día invertía unos US$ 60 millones.
Actuar, parte II
Nunca tuve mucho talento para recaudar capital.
Una vez mi vecino vino y me dijo: “ven que te presento a mi jefe. ¡Le encantarás! No dudo que te va a ayudar con dinero”.
Fui a reunirme con él en Manhattan, en el famoso “Lipstick building”:
Me pasé una hora hablando con el jefe de mi amigo. Al final me dijo: “no puedo darte dinero, pero eres bienvenido para trabajar aquí, si te interesa”.
Continuó: “no tengo idea de dónde estás poniendo el dinero que administras, y no podemos arriesgar nuestra reputación. Lo último que necesitamos es ver el pulcro nombre de Bernard Madoff Securities en la primera plana del Wall Street Journal”.
Se señaló a sí mismo. Dijo que era importante, porque su nombre estaba en la puerta de la entrada.
Después de irme, me llamaron tres fondos diferentes, y me preguntaron dos cosas:
“¿Cómo hacemos para invertir dinero con Madoff?” y;
“¿Qué hace para ganar dinero? Queremos hacer lo mismo”.
Pero no les tenía ninguna respuesta.
Desde entonces esas personas se rehúsan a llamarme. “Lo supimos desde el principio”, dicen hoy, ahora que todos sabemos que Madoff era un pillo –un aspecto básico que subraya el comportamiento de los seres humanos.
En un mundo tan ocupado como este, es difícil encontrar mucha gente con consciencia de uno mismo.
Pero en ese entonces estaba deprimido por no poder ganarles. No lo sabía, pero los fondos que estaban compitiendo conmigo estaban haciendo dinero ilegalmente –y nadie estaba al tanto.
Así que sentía como si no tuviera ninguna oportunidad de hacer dinero.
Cortar por lo sano
Como no pude armar un fondo propio grande, decidí darme por vencido y en su lugar opté por un “conglomerado de fondos de cobertura”.
Investigué cientos de cientos de fondos, los entrevisté y estudié personalmente. Al final conseguí los mejores 12 en los que podía invertir.
Y eso fue exactamente lo que hice: junté unos US$ 40 millones (una pequeña a la hora de hablar de un hede fund) e invertí en una docena de fondos.
Eso fue hace 12 años, y todavía soy amigo de por lo menos con la mitad de las personas de los fondos con los que hablé.
Y en cuanto a la otra mitad… solo digamos que evitaron la cárcel pagando multas, y luego simplemente desaparecieron por siempre en sus vidas de viajes por todo el mundo.
Actuar, parte III
A pesar del éxito, sentía que mi conglomerado de fondos de cobertura no estaba ayudando a nadie sino a unos cuantos ricachones. Además, estaba perdiendo la confianza en muchos de los fondos en los que había invertido.
Recordé que uno en específico, que había visitado en el 2005 o 2006, me dijo exactamente cómo iba a acabarse el mundo.
Primero, las hipotecas se iban a irían a la quiebra. Luego, lo mismo ocurriría con todos los derivados de esas hipotecas. Estaba apostando en contra el sistema entero, y cada mes que el mercado seguía yendo al alza, perdían dinero.
“Pero cuando el mercado finalmente colapse, haremos miles de millones para nuestros inversores. Estás más que bienvenido a invertir con nosotros, pero te en cuenta que no le damos este privilegio a todo el mundo”.
No tomé el riesgo. No quería perder dinero mes tras mes mientras estos tipos esperaban.
En el 2006-2007, ellos hicieron unos US$ 10.000.000.000. Y gente como John Paulson pasó de tener US$ 100.000.000 a saltar a los varios miles de millones.
Me decían “nuestra mayor preocupación, es que según nuestros modelos actuales, todos los bancos quedarán en bancarrota muy rápidamente. Tal vez podamos recolectar nuestro dinero antes de que el mundo colapse”.
Eso no pasó gracias a los rescates gubernamentales, lo que les permitió a ellos y a unos pocos fondos de cobertura grandes hacer dinero mientras los demás sufrían.
En ese escenario, decidí cerrarlo todo.
Entonces armé una página web que mostraba algunas de mis estrategias de inversión principales. No voy a ahondar en los detalles porque ya lo he hecho, y además, lo vendí casi inmediatamente después de que comenzó a tener millones de visitantes cada mes.
De todas maneras ese dinero lo perdí muy rápido –porque había regresado a mi arrogancia una vez más.
Actuar, Parte IV
Todavía invierto. Lo hago en compañías tanto públicas (a veces) como privadas (a veces, pero solo una vez este último año).
Pero sin importar qué pase, siempre tengo una regla: no estoy NI CERCA de ser el más inteligente de la sala. Así que solo invierto cuando se dan las siguientes condiciones:
- Hay alguien más inteligente que yo invirtiendo en la oportunidad. Por ejemplo: cuando en 2007 escuché que Peter Thiel y otros a los que yo les tenía mucho respeto estaban invirtiendo en Buddy Media, una compañía privada, yo también lo hice.
- Hay alguien más inteligente que yo está administrando la compañía. Lo peor que puedo escuchar después de invertir es mi teléfono sonando. Yo nunca quiero hablar con la compañía después de haber invertido mi dinero allí. Si necesitan algún consejo mío, sé que están en problemas.
Así que no pongo mis dólares a trabajar a no ser que el CEO tenga experiencia de todo tipo y sepa bien lo que está haciendo –incluso en los peores casos posibles.
Yo creo en las tendencias. Llevo 25 años identificando tendencias exitosamente, desde el momento en el que solo había unos 50 sitios web y aprendí a hacer uno yo mismo. Pero no siempre soy lo suficientemente listo como para explotar esas tendencias. Es por eso que apuesto en la gente sí lo sea.
Analizo el dinero. Puedo entender con claridad cómo es que la compañía hará dinero. Tal vez ya haya clientes (el dinero del cliente es mucho más barato que el del inversor) y puedo entender cómo es que la compañía me hará mi dinero de vuelta.
Existen otros factores que he ido agregando con los años. Creo firmemente en invertir en monopolios potenciales. Pero lo que eso significa realmente es difícil de definir en cada caso específico.
También soy partidario de buscar el “a flor de piel” del juego, como diría mi amigo Nassim Taleb. Quiero ver al CEO sufriendo y ver cuánto de su dinero pone en su compañía y por cuánto tiempo, etc.
Los cuatro libros sobre inversión de Nassim son lecturas obligadas. Muestran con exactitud lo que significa ser “el estúpido de la sala”. Sus libros tratan sobre las formas con las que evitar ser como yo. Solía ser frágil y no “Antifrágil”. Siempre me mareaba al hacerme la pregunta “¿existe la suerte?”.
Ser un buen inversor se trata de “comerte lo que puedes matar”. Solo lograrás hacer dinero una vez que comprendas correctamente al mundo y tengas la mentalidad para ir contra la corriente. En mi caso, todo se trató de una prueba de carácter, y en gran medida fracasé (pero espero estar un poco mejor ahora).
Nassim Taleb, Warren Buffett y Peter Thiel son probablemente los tres inversores más importantes a los que leer y estudiar (si quieres puedes escuchar esta entrevista que le hice a Nassim, en inglés, acá)
No son siempre los más exitosos, pero es posible que uno de mis mayores errores haya sido pensar que siempre tengo que ser exitoso.
Me tomó mucho tiempo darme cuenta de que solo tenía que ser exitoso un pequeño porcentaje de las veces.
También me tomó mucho tiempo percatarme de lo poco que uno puede llegar a saber sobre la naturaleza del mundo.
Regla importante: aquellos que son exitosos TODO EL TIEMPO son o criminales o gente a punto de perderlo todo.
Y bueno, ¿qué sigo haciendo ahora? ¿Cómo sigo aprendiendo?
No leo las noticias. Las noticias hacen lo mejor que pueden, pero aun así solo son apenas un borrador de la historia completa –y uno bien pobre.
La mayoría de las veces se ven obligadas a seguir los lineamientos de la opinión pública, para que no pierdan dinero de la publicidad. “Opinión pública” muchas veces no es más que un eufemismo de “haz esto”.
Leo libros nuevos de personas que respeto. Aunque ahora no administro un fondo cobertura, sí administro unas 30 inversiones (más que nada, privadas) y constantemente escribo y hago podcasts sobre las nuevas tendencias. El mundo ha cambiado en un 200% desde que comencé en todo esto, pero siempre intento mantenerme fresco –como si recién estuviera dando mis primeros pasos.
También sigo hablando con muchos de los inversores que he conocido –y sigo conociendo.
Riesgo sistemático
Las compañías cotizan al alza si les va bien y a la baja si ocurre lo contrario. A la larga, esto es algo bueno.
PERO… el sistema financiero nunca se vuelve más simple. SIEMPRE se complica más. Ésta es la REGLA NÚMERO UNO: el sistema financiero SIEMPRE SE COMPLICA MÁS.
En 2008 el sistema se puso demasiado complicado para el mercado (los derivados de derivados de derivados de hipotecas) y colapsó.
En el Flash Clash del 2010, una vez más la complejidad se salió de control y, por solo un día, el mercado se desplomó por completo (a causa del trading de alta frecuencia totalmente descarrilado y sin control).
Y es tan complicado en este momento, que no hay duda de que en este momento existe un riesgo estructural en el mercado. No hay nada que podamos hacer al respecto, solo estar conscientes de que existe.
Y por último:
Sigo ACTUANDO
Amo escribir. Eso es lo que hago. Pero también me gusta aprender sobre cómo funciona el mundo. Adoro aprender como los maestros de algo adquieren su pericia.
Amo compartir lo que aprendo. Adoro el arte de aprender a aprender.
Amor jugar. Juego juegos todos los días. Hoy voy a ir a una lección de cómo disparar un rifle. Anoche jugué ajedrez por una hora.
Quiero seguir escribiendo ficción. Adoro hacer stand-up comedy.
Pero comprender cómo funciona el mundo y lo que está pasando en la etapa actual de la innovación y el optimismo de los líderes de la creatividad está directamente relacionado a los mercados financieros.
En última instancia, el propósito de los mercados financieros –desde que se financiaron los primeros navíos comerciales para ir a las Islas Molucas– es financiar la innovación y la exploración.
Y por encima de todo lo demás, quiero seguir explorando mi propia vida –ver las piezas del rompecabezas que aún no he encontrado.
Los fracasos son puntos ciegos que me gustaría ver con más claridad, tanto en mi vida profesional como la privada.
Cada vez que el mundo se mueve hacia adelante parece una locura antes de volverse una genialidad.
Fue una locura atravesar el Atlántico. Fue una locura tomar una bicicleta y ponerle alas para volar.
Fue una locura inyectarles enfermedades mortales a las personas para protegerlos de otras dolencias en el futuro. Fue una locura ir a más de 48 km/h. Tal vez sea una locura ir a Marte en un auto volador, o vivir por siempre en una realidad virtual mejor la nuestra.
¿Quién sabe?
A estas alturas, todo lo que sé es esto: soy un estúpido. Trato de ser un lienzo vacío todos los días. Estoy dispuesto a lo que sea. Estoy dispuesto a explorar y aprender.
Y cada mañana me pregunto, y le digo a mis hijas que pregunten: ¿cuál es mi misión del día de hoy? Y en la noche me pregunto: ¿a quién ayudé hoy?
Hoy escribí esto y luego dispararé un arma por primera vez en mi vida. Luego cenaré con un profesor brillante que me echó de la universidad cuando estaba haciendo un posgrado.
Y es que… ¿por qué no?
James Altucher,
Editor de Top 1% Advisory