Para los gobiernos del mundo, la amenaza que representan las criptomonedas es clara como el agua…
Éstas le permiten a la gente mantener activos y llevar a cabo transacciones bajo un velo de anonimato total, sin posibilidad de que los gobiernos los rastreen.
Ésta es también la ventaja principal del dinero en efectivo y de las cuentas bancarias suizas.
Los bancos centrales del mundo tienen bastante inclinación a deshacerse del primero, mientras que las ventajas de las segundas se prohibieron –al menos en Estados Unidos- con la Ley de cumplimiento tributario de cuentas extranjeras del 2010.
Así que es muy probable que las autoridades estadounidenses, en algún punto, intenten sitiar al bitcoin.
Rusia y China ya han hecho esfuerzos por restringir las criptomonedas. Sin duda Estados Unidos se unirá a esta tendencia.
Pero, ¿qué podrían hacer los gobiernos?
Claramente no podrían simplemente deshacerse de las criptomonedas así como así –no sin antes hacer un daño económico y político muy considerable.
El mercado de las criptos ya es demasiado grande, y se han hecho demasiado útiles para la economía emergente del Siglo XXI como para ser eliminadas por completo.
Pero ya lo sabemos… no existe nada 100% al margen del gobierno estadounidense.
En este sentido, el bitcoin es una de las cosas más susceptibles a la interferencia. La razón de esto es que esta criptomoneda no es totalmente anónima. Su blockchain está sujeta a leyes, con lo que las transacciones, en algún punto, sí podrían llegar a ser rastreadas.
Esto los cerebros de la industria lo saben, y en ese sentido es que se han desarrollado tecnologías de avanzada que solucionan este problema, haciéndolas menos vulnerables a medidas gubernamentales.
Probando la resistencia de las criptos
Por Jonathan Rodríguez
Las criptos son el mejor amigo de los partidarios de un mercado libre… y el peor enemigo del gobierno.
Por ejemplo, el gobierno estadounidense tiene la potestad legal de sitiar todo eldinero oficial de aquellos ciudadanos que sean catalogados como “criminales”.
Estamos hablando tanto del dinero físico en efectivo como de cuentas bancarias o depósitos en algún broker.
Sin embargo, para los ojos del gobierno federal y de la agencia de recaudación tributaria, las criptos no son consideras una “divisa”.
Técnicamente, son consideradas como propiedades.
Eso hace que las criptos estén sujetas a los tratamientos de ganancias fiscales normales, así como las regulaciones en torno a una potencial incautación.
Esto significa que si tus tenencias no están en un país determinado, en este caso Estados Unidos, entonces el gobierno no puede hacer nada para quitártela.
Pero claro, es no significa que no vayan a internar…
En el 2015, el expresidente estadounidense Barack Obama firmó una orden ejecutiva que les daba a las autoridades la capacidad de confiscar cualquier tenencia de criptomonedas perteneciente a cualquier individuo con sospechas de actividad criminal.
La orden en cuestión fue bastante vaga, pero tuvo suficiente peso como para meter al gobierno en el campo de la incautación de divisas virtuales.
Ahora le toca al Congreso…
Los senadores introdujeron un anteproyecto de ley tremendo, titulado “Ley para combatir el lavado de dinero, financiamiento terrorista y la falsificación”.
Si esta ley es aprobada, podría permitirle al gobierno incautar todo lo que poseas –sin ningún tipo de proceso de antemano.
Sin embargo, si el bitcoin no es considerado “dinero real” por la mayoría de las naciones (incluido los Estados Unidos), ¿cómo podrían decomisarlo en primer lugar?
Lo harían obligando a los exchanges de criptomonedas a acatar las leyes relacionadas al lavado de dinero. Eso significa guardar la información personal de aquellos que negocien con divisas digitales.
Este anteproyecto de ley tiene implicancias muy amplias, y habrá que seguir muy de cerca su desarrollo. Cualquier posesión de bitcoins, seas o no estadounidense, podría quedar en entredicho.