Éste es el momento para comprar oro, antes de que los precios se disparen y las existencias se agoten.
El oro, ¿es un commodity , una inversión o simplemente dinero?
La respuesta es…
El oro es un camaleón: cambia como respuesta a su entorno.
Hay momentos en los que el oro se comporta como un commodity , y su cotización sigue de cerca los altibajos de los índices de commodities .
En otras situaciones, el oro es considerado una inversión de refugio. En ese momento está en competencia con las acciones y los bonos por la atención de los inversores.
Y hay ocasiones en las que el oro asume el rol de “la forma más estable y longeva que ha tenido el dinero en la historia”.
Un camaleón de verdad cambia de colores dependiendo del trasfondo que lo rodea. Cuando se encuentra cerca de una hoja verde oscuro, con la intención de esconderse de los depredadores, se vuelve verde oscuro. Y cuando el camaleón salta de la hoja al tronco de un árbol, se vuelve amarronado para mantenerse a la defensiva.
Y el oro también cambia dependiendo de lo que lo rodea.
En este momento el oro se comporta más como un commodity que como una inversión: compite codo a codo con el dinero falso de los bancos centrales por la asignación de activos de los inversores globales. Eso es importante, ya que demuestra que los ciudadanos del mundo están comenzando a perder confianza en las otras formas de dinero, incluso en “monedas fuertes” como el dólar, yuan, yen, euro o la libra esterlina.
Para aquellos con exposición al oro, éstas son excelentes noticias. La cotización del metal precioso está subiendo contra muchas divisas, al mismo tiempo que la fe del público en estas mismas divisas baja. Los inversores están perdiendo confianza en las monedas del mundo debido a que ya no confían en los bancos centrales que las imprimen.
El fin del dinero
Por primera vez desde el 2008 parece que los bancos podrían perder el control que ejercen sobre el sistema financiero global. El oro no tiene un banco central y siempre da seguridad gracias a su escasez, permanencia y por el hecho de que no tiene riesgo crediticio.
El rol del oro como forma de capital es un concepto difícil de entender para los inversores. Por ejemplo, una de las críticas en su contra es que no tiene rendimiento: la razón de esto que es el dinero tampoco tiene rendimiento. Si alguien quiere obtener retornos, es necesario arriesgarse.
Los depósitos bancarios y los fondos de “money market” dan retornos, y sin embargo no son dinero. Un depósito es susceptible a un default del banco; y estos fondos son susceptibles a su propio colapso, como vimos en el 2008.
El oro no tienen ninguno de estos riesgos.
La pérdida de confianza en el dinero empieza lentamente, y luego se acelerará hasta un clímax. El resultado final será la compra de oro gracias al pánico y un alza sumamente pronunciada de sus precios.
Este comportamiento lo hemos visto en el pasado, específicamente a finales de los 70s. En ese entonces, el oro saltó de U$S 35 la onza en agosto de 1971 a U$S 800 la onza en enero de 1980.
Esas son ganancias del 2.200% en menos de nueve años.
Es posible que estemos presenciando las etapas iniciales de otra súper-alza similar, una que en última instancia podría llevar al oro a los U$S 10.000 por onza o incluso más alto.
Pero cuando eso ocurra habrá una diferencia fundamental entre esta nueva súper-alza y lo ocurrido en 1980.
¿Por qué? En ese entonces podías comprar oro a U$S 100, U$S 200 o U$S 500 por onza y sacar provecho de la situación. En esta nueva súper-alza es posible que no puedas adquirir absolutamente nada de oro. Verías en las noticia cómo el precio sigue subiendo y no podrías comprar para ti ni una pepita del precioso metal.
Habrá tan poca oferta de oro que solo los bancos centrales, los fondos de cobertura más grandes y los ultra-millonarios podrán hacerse con el codiciado metal. Tu proveedor local no tendrá más. Y esa escasez agravada hará de esta súper alza una más pronunciada aún que la visto en 1980.
Éste es el momento para comprar oro, antes de que los precios de disparen y las existencias se agoten.
Saludos,
Jim Rickards
Jim Rickards es editor de Inteligencia Estratégica. Autor de Best Sellers de finanzas como La Muerte del Dinero o Guerra de Divisas.